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viernes, 22 de diciembre de 2023

jueves, 7 de diciembre de 2023

DECEMBRINA


 



Foto intervenida

Creo que entraba diciembre,
porque en medio de los tragos y la fiesta,
todos corrieron a echar fascinados,
voladores en el cielo,
como cometas en la noche,
pero yo me quedé en la bengala de sus ojos,
mientras Aute cantaba:
"¡ay! amor mio
que terriblemente absurdo es estar vivo
sin el alma de tu cuerpo sin... tu latido
sin tu latido... "


lunes, 27 de noviembre de 2023

domingo, 19 de noviembre de 2023

VIENTO Y DELIQUIOS



 









El viento me trajo noticias suyas

me habló de sus fiebres y dolores

de la razón que puso distancia

en nuestros besos, nuestras pieles

y no me quedó más remedio

que escribir este poema, 

como un placebo que calme sus deliquios,

y los míos

a pesar de que no mueres por mi,

sino por otro.



Foto intervenida

miércoles, 8 de noviembre de 2023

BUEN DÍA

 



Foto intervenida




Amanece lentamente el día.

todo se despereza.
El patio huele a nardos,
y un colibrí ronronea su pico
en las flores del cayeno.
 

Amanece el sol inundando

los zaguanes de la casa.

En la cocina un aroma de café
se esparce por las habitaciones.
En la radio la voz de Alberto Beltrán,
en el bolero:
“Cantando quiero decirte
lo que me gusta de ti
las cosas que me enamoran
y me hacen dueño de ti...”
Me levanto,
y la veo en lo rotundo de su desnudez
abrir la ventana.
Huele su cuerpo a nardos del patio.
Amanece bien el día





viernes, 27 de octubre de 2023

UNA MUJER FATAL

 








Foto intervenida



El relato tiene asidero en la realidad. “Que bien lo cuentas”, me dicen los amigos con un ápice de duda justificada, pues sólo algunos me vieron con la mujer de manera ocasional.  Me sucedió con una locutora de radio. Tenía en la noche, en una de las emisoras de F.M de la ciudad, un programa de baladas y boleros donde comentaba cada canción con un susurro gabacho cautivador. 

Soñaba con conocerla. Debe ser tan hermosa como su cautivante voz - me decía en estado casi febril. Un amigo, Samuel, productor de radio, me la presentó, una tardecita, después de que salí de una audiencia en el Palacio de Justicia.  Al fin pude satisfacer la curiosidad. Era una mujer deseable, labios mórbidos como los de Angeline Jolie, la actriz; ojos almendrados y esa voz suya, deliraba, como debió ser la de Circe que, embrujó a los tripulantes de embarcación de Ulises de regreso a Ítaca   

La invité varias veces a un café, en el Berna, para tantear el terreno de un posible amorío; a almorzar, cuando ya sabía que tenía su confianza, pues me apretaba la mano cálidamente y me daba un beso tierno, capaz de enternecerme, cuando nos despedíamos. Hubo luego discoteca, repegados con la salsa de Lavoe, al calor de unas buenas cervezas, que nos llevaron al mejor motel de la ciudad, Los espejos, donde supe de las delicias de su cuerpo ardiente y bien apretadito, pues hacía gimnasio. Me estaba enamorando sin remedio. Tienes una traga maluca, esa mujer es una feme fatale -me decía en un francés macarrónico, la tía Lucinda, cuando le conté una mañana del sábado que fue a visitarme al apartamento que, esta era la mujer de mi vida.  Te debe haber dado tierra de muerto. O, debe tener cangarejera en el sumidero porque ya no das bola, querido sobrino, y me perdonas la vulgaridad, para que tú tan coqueto, andes vuelto mierda por esa mujer”

Cierto, Ella me manejaba como un pelele, y para peor sufría una celotipia espantosa, más insufrible que la de Juan Pablo Castel con María Iribarne, en la novela de Ernesto Sábato. A tal punto sus celos que, ninguna mujer se me podía acercar. Les hacía escenas que se me hacían imposibles, en una mujer que me había atrapado por su dulzura. La verdad eso empezó a fastidiarme. Y a pesar que la quería tanto, sabía que tenía que quitármela de encima, porque ella, iba a acabar con mi vida. Y fue haciéndose tan grande el fastidio que, cuando le pedí un consejo para regalarle algo en su cumpleaños a una amiga de la familia, Naty, por quien sentía algo más que una amistad, me desilusionó tanto, cuando en plena calle se despachó contra mí, abandonando la dulzura de su voz, "qué le vas a regalar. Nada. En tu vida solo yo merezco de regalos". Eso, y el verla una tarde en el reservado del Berna, besándose con mi amigo, Samuel- el productor de radio- terminaron por librarme al fin de su fatal encanto y tortura.

martes, 17 de octubre de 2023

ECO

 








Foto ptopia, Museo de arte modeno, Ramírez Villanizar, Pamplona, Colombia (norte de santander



Eco de su dulce voz que se repite en las grietas

de la vieja ciudad,

como un fino puñal que hiere de felicidad la memoria.

No está,

es el viento que se ha quedado con su habla de sirena

citadina,

y me fuerza a buscarla en la barra de los bares

donde cantábamos con Sabina

mi corazón de viaje

de un pasado bucanero

de un velero al abordaje

de un no te quiero querer

La vieja ciudad huele a ella,

como una flor que hubiera abierto

su sexo,

a los aromas del deseo,

desparramándolos por la piel de las piedras

y los muros,

como una bella maldición




martes, 3 de octubre de 2023

Cántaro

 








Bajo la sombra de tu pelo

hueles azahar

y en el nido de tu pecho

tus ojos custodios

son estrellas mientras duermo en ellos.

Contigo siento que soy la brisa

que se eleva ingrávida

y se vuelve lluvia luego

para mojar tu cuerpo,

y encajar en cada poro

de tu piel

la eternidad del agua.

!Corre¡ lluvia por su piel,

que soy el agua,

y tú cántaro agradecido.

Mañana,

amor,

serás durazno

y me embriagaré de su licor

en cada beso tuyo.

Muerde mi boca

que muerdo la tuya.

mi durazno en flor,

Es la hora del tálamo

y la piel llama al abrigo

de los cuerpos.

Vendrá la madrugada

y en tu cuerpo desnudo

nacerán jazmines

saludando el nuevo día.



*Foto intervenida


sábado, 23 de septiembre de 2023

Gallera en las nubes










Foto intervenida


Cuántas veces tirados en estos pastizales de yaraguá, nos quedábamos alelados mirando las nubes formar a su capricho, figuras de aves que, se nos antojaban gallos de pelea, porque siempre tenían las alas abiertas, y las patas alzadas en un gesto de ataque. "Sólo les falta el alboroto de las galleras", decía ella, mientras me miraba con sus ojos dulces y serenos que, habría de nublar la muerte.

Eran otros tiempos, cuando se podía respirar, y el aire entraba a los pulmones limpio, con el olor dulzón de los almendros, y el picante de los bosques de canelo.

Ahora, el aire huele a pólvora, a sangre revenida, a sangre de matadero, la misma que le puso a ella alas de tristeza, y se fue muriendo poco a poco, como se fueron muriendo los potreros de pasto yaraguá, a donde nos acostábamos a mirar las peleas de gallos que, formaban las nubes en la inmensa gallera del cielo, de tarde 

martes, 12 de septiembre de 2023

Tristeza de estación del tren

 







*Foto de internet intervenida





La tarde se estrena en sus mejillas

con un rocío inocente

y una brisa fría sobre sus ateridos

párpados,

sobre sus labios yertos.

Después un cielo gris

y esa tristeza tan suya

de las mujeres que despiden

en la estación del tren,

un amor que no vuelve



 


lunes, 28 de agosto de 2023

ESTA NOCHE SERÁ MÍA

 


                                                   Angelita                                  Gonzalo


*Foto de la web.


En la noche se escucha la canción

de Gonzalo y Angelita:

"esta noche me amarás",

mientras miro sus fotos en un álbum sepia,

tejido de tiernos recuerdos

y se me quedan sus ojos prendidos como luceros

en los míos

ya que no hay luna.

Agoniza la canción,

pero no la ansiedad de mirarla

aunque sea en las fotos de un álbum viejo,

y me agarro en el vacío de la noche

de la memoria de sus labios,

me prendo de su boca

y soy su saliva,

su propia lengua agradecida.

Esta noche será mía

en este sueño sin estrellas,

aunque sólo sea una imagen

en las páginas de un álbum desteñido

por el polvo y por tiempo



martes, 8 de agosto de 2023

martes, 25 de julio de 2023

La calle de las alcahuetas

 

 




 


 No la sentí llegar, por la modorra que me había causado la tercera botella de aguardiente. Cuando el aguardiente se me hace dulzón, sé que estoy a punto de emborracharme; entonces me levanté de la mesa, a pesar de los ruegos de los amigos para que, me quedara otro rato; pagué la ronda, y me aventuré calle abajo, a pesar del peligro que entrañaba transitar La Calle de las alcahuetas, a esa hora de la noche, de alta densidad de malandrines entrenados para el raponeo de carteras, el cuchillo en la espalda, y no haga movimientos raros, hermano, porque le corto hasta el alma, en medio de los ventorrillos a lado y lado de la vía, y la hedentina de orines revenidos.

 Una puta, a la que llamaban la cremallera, tenía en la mejilla izquierda una cicatriz larga y cosida tan burdamente, que le quedaron las huellas de la sutura como si fuera un sierre, me acompañó hasta uno de los caserones de la ciudad histórica, donde vivía !Doctor! no es hora de andar por estos lugares tan peligrosos, en semejante  borrachera.

 Era fuerte, y bonita a pesar de la cicatriz en la cara. Le había hecho un favor que me agradecía hondamente. Tenía un niño, al cual le bajé la fiebre una noche que llegó al hospital sin un peso, y el niño delirando: la gastroenteritis lo estaba matando. Se la combatí, por nada, por humanidad. Ni siquiera acepté su gratitud de una noche de cama. Me ayudó a entrar al cuarto, que tenía puerta a la calle, y se fue luego con la noche que, empezaba a ventear un frío  glacial.

 En la cama todo empezó a darme vueltas, hasta caer en un abismo de remolinos, y flotar, luego, en una nata de silencio. Sé que es una mujer, la que está aquí. Tiene los ojos almendrados, y me llama, para que la siga por los zaguanes del patio de geranios, nomeolvides, y begonias. La sigo como si levitara, pero lo más extraño es que, no escuche el griterío de los grillos en el patio, y que al mirarme en el alto espejo que cuelga encima del lavamanos, este no me devuelva la imagen de mi cara 

 


Imagen intervenida





jueves, 13 de julio de 2023

DEJO

 



Imagen intervenida



Dejo un poema

en el horizonte de tus ojos,

línea de sueños donde estamos siempre

como una postal sepia de encuentros.

Dejo un poema en la brisa, 

para que se enreden en tu pelo

sus versos,

como ramas abiertas al sol

y siempre me recuerdes.

Dejo un poema

en la banca de aquel parque,

donde llovían las hojas

sobre tu regazo,

y cuando te hacía el amor luego,

en el fragor de las pieles encendidas

olías a eucalipto.

jueves, 29 de junio de 2023

Espina

 





*Imagen de internet intervenida




Miro el espejo

y ahí estás

como si nunca te hubieras ido,

y el tiempo

se hubiera quedado detenido

en el azogue del espejo,

para que vivieras,

en una primavera perenne

de cristal,

mientras adentro,

mi alma se duele

y se conduele

con el encono de una espina

eterna,

espina que no muere


domingo, 18 de junio de 2023

De utopías y complicidades

 





*Imagen intervenida


La noche es una nata de nostalgia.

Brassens, y La mala reputación,

me desbordan el alma

Canto a Brassens mientras me bebo un "amarillo",

y la guitarra en un lamento de cuerdas se desgarra

(…Yo no pienso pues hacer ningún daño
Queriendo vivir fuera del rebaño;
No, a la gente no le gusta que
Uno tenga su propia fe
…)* 

A pesar del tiempo, 

y las horas que pasan

fuerza y rebeldía en la esperanza se juntan.

El mundo espera todavía la utopía

más cuando es un ojo

que sangra en medio de la noche,

un beso que sabe a lágrima salobre

una fosa siempre abierta

que no para de recibir sus anónimos muertos

en noches de cómplices  neblinas

Amor, 

bebamos por la complicidad de los dos, 

y con el poema de Benedetti,

 peleemos la vida por todos sus costados, 

que "en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
"*

 

* La mala reputación, de Georges Brasssens

*   Verso de Te quiero de Mario Benedetti

 


 

martes, 6 de junio de 2023

JABÓN Y SEXO DE MOTEL




    





*IMAGEN INTERVENIDA



Aquella tarde (hacía un calor insoportable), se arregló como pudo. Sintió que no era su día. Al mirarse en el espejo, se vio el pelo sin vida, en ella que era uno de sus mayores atractivos, y casi termina en llanto, si no es porque tocan a la puerta, y se fue de prisa a abrirla, rodando por el suelo, al enredarse con la alfombra de la sala, que había sido levantada en una de sus esquinas, quizás, por la muchacha que hacía el aseo en el apartamento. En el traspiés se peló la rodilla izquierda con la consecuencial rotura de su jean estrecho, un Disel, a cambio del cual, había tenido que privarse de los helados “gelato”, que hacían las delicias de su paladar, y de las idas a los cinemas de Cañaveral, con sus amigas, los sábados, a escondidas de Guillermo, cuando se reunían a chismosear  cosas de su novio, y del espionaje  que le había montado, porque  quería saber  con cuál babosita me  la está jugando el Guille , pues últimamente, llegaba oliendo a jabón chiquito, y muy distraído de sus responsabilidades amorosas;  apenas le daba un beso frío, y no le susurraba como antes, con ese verraco acento de varón santandereano, eres mi perrita, que a ella se le erizaba la piel, y se lo comía a besos, y como en las películas terminaban desordenando las sábanas.

   Sí. Últimamente, llegaba esparciendo ese olor inconfundible a jabón chiquito de esos que dan en los moteles, pero le quedaba bailando la duda, puta incertidumbre, porque en los hoteles también daban ese jabón de olor inconfundible a sexo. ¿Y si en lugar de hacerlo en un motel, se las daba de fino y la llevaba a la cama en un hotel lujoso, como ese de la Mansión del Conde de Cuchicute, que habían inaugurado recientemente, con bombos y platillos y presidente de la República a bordo? No supo cómo abrió la puerta, en medio de la duda que la asaltaba, y el dolor que le alfilereaba la rodilla. Era, Guillermo. Enmudeció sin remedio, y no atinaba a moverse. Qué te pasa mi perrita, me vas a dejar aquí parado como una estatua de museo, le escuchó decir al otro lado de la puerta, en ese acento familiar del macho santandereano, que a ella le encantaba más que sus gelatos, y náufraga de sus besos, no le quedó más remedio que lanzarse en sus brazos y buscar con ansiedad sus labios, olvidándose de las molestas disquisiciones sobre Guille, el jabón chiquito y sus infidelidades de motel que, la atormentaban, últimamente.