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miércoles, 9 de enero de 2008

"Sócrates," el álbum musical de Velandia, con los niños y niñas del Jardín Infantil La Ronda

En mis manos cayó Sócrates. No se trata de ningún perro callejero, como ese que encariñó a Alberto Cortez, en su canción : era nuestro perro y era la ternura / que nos hace falta cada día más. Tampoco se trata de alguna biografía sobre el filósofo, que apuró la cicuta, para dejar contentos a ciertos vejetes de la sociedad helénica. Es el el título del nuevo álbum musical que el cantautor Edson Velandia, el de la banda Velandia y la tigra, siempre activo y en plan de creación, compuso para que fuera cantado por niños y niñas del Jardín Infantil La Ronda del municipio de Bucaramanga, institución que estuvo al frente y producción de este CD, que muestra dos aspectos relevantes: el interés de una institución educativa por la pedagogía musical en preescolares, y el estímulo e incentivación al aprecio de los infantes por el canto, por una parte, y la revelación de un Edson Velandia, experimentando en la creación musical, con letras y música para niños, faceta que no le era muy conocida, por la otra.
Sócrates, tiene una virtud: recupera el lenguaje de los niños( " Ésta es una histolia de la ele / letla muy principal/ letla impoltante/ pala empezal a nalal"). Los toma en su contexto, para que canten con desinhibición, algo así como intentar un naturalismo, en la interpretación de las canciones, que rezuman el espíritu de lo lúdico y del juego, propio de los niños, cuando abordan el arte.
Velandia ha sabido aprehender el alma de los niños, por eso en Fábula, se aprecia una especie de ronda, donde el juego de la palabra (particular en sus canciones, sin especificidad de género), toma la aliteración, para replicar fonemas en las frases, como la "r" en digo yo rico, y suéname rancio, y la s, en digo yo sol, y suéname sal.
Si se analiza La montaña, naturalmente en las expectativas musicales de hoy, y del mismo interés creativo de Velandia, es una nana o canción de cuna, donde fluye ternura y poesía, que es lo que peculiariza este género poético, por eso,
Duerme niña,
Que yo te nombro el paisaje.
La cueva donde nació el ratón
Camino que lleva al monte
El agua de los remedios,
Canción que arrulla la soledad.
La nube que mira la luna,
rumores de lso cantores,
Las tres estrellas de siempre,
El árbol matarratón.
Con Sócrates, ya no hay excusa para no cantar con los niños y cantarle a los de cuna, melodías que espanten sus temores sus miedos, y tengan buenos sueños sueños. Aún hay mucho qué decir de Sócrates, pero ésto será en una segunda entrega de la Joroba del Camello, en entrevista con el mismo Velandia.