*Foto intervenida
¡Cómo mirarla!
si no es tras la lluvia
y los charcos que quedan,
y la recuerdan,
muchacha de ojos pícaros
saltando como una ranita mojada
contra la cual no pueden
ni el agua ni el frío
La espera la ventana en tiempos de viento,
de revuelo de las hojas de los árboles
en la calle
cuando sueña con cometas de niña,
con espacios siderales.
Me miran sus ojos socarrones,
apostados sus brazos en el alféizar
de la ventana,
y el tajo de su boca se abre
con su sonrisa
que a la vez es cielo y tormento