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lunes, 22 de julio de 2013

Miedo


Miedo




Miró al tipo que entró al cobertizo con los ojos bajos y el fusil en la mano. Le dolían las amarras. Llevaba -desde que lo agarraron- más de un día atado a una especie de horcón erizado de brotes, que le herían las manos. Sabía que venía a matarlo, pero el hombre tenía miedo. Se lo decía la mirada siempre gacha. Es difícil matar a otro de frente e indefenso. Entonces.,a sabiendas de que todos modos lo mataría, lo animó a hacerlo, para no aumentar su sufrimiento ni el del otro por la espera:
-!Máteme que va a matar a un hombre, cobarde¡.Y el cobertizo fue una descarga cerrada de balas de fusil.