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lunes, 25 de octubre de 2021

CÓMO DECIRTE

 





*Foto intervenida

 



Quise decirte que a pesar del crudo verano,

los pájaros aún bajan a beber en el patio,

el agua que escurre de las macetas de geranios,

claveles y siemprevivas.

 

Quise decirte que a pesar del calor que ahoga el alma,

de vez en cuando corre una brisa

peinando la montaña

olorosa a matarratones,

arrayanes a menta fresca

 

Quise decirte que en esta ciudad

donde han muerto los espejos,

de vez en cuando me miro en los ojos

de una cara conocida,

y somos una felicidad perdida.

 

Cómo decirte tantas cosas,

que quisiera decirte,

sí ahí donde  estás

no te llega el eco de mis palabras,

y eres sólo una sombra

una sombra perdida

entre las sombras


lunes, 18 de octubre de 2021

MÁCULAS DE AMOR, ENTRE CUENTO Y POÉTICA

 



*Montaje propio


 

Ahora la volvía a ver, después de que se le extraviara en el  laberinto de Minotauro, en que a veces se nos convierte la vida. Olía al peculiar perfume de azahar, que siempre emanaba de su pelo, como ramas de naranjo que le colgaran de las güedejas de su cabello.

 Leía uno de los cuartetos de Alejandría de Durrell (Clea), cuando sintió su presencia de azahar, y el libro se le cayó de las manos. Entonces no le quedaron dudas de que ahora las páginas  de Durrell, como la última vez las de Los Autonautas de la Cosmopista de Dumlop y Cortázar, serían maculadas por los ardidos fluidos de amor y lágrimas de tanta espera.




martes, 12 de octubre de 2021

Memorial de nuestros muertos

 








Ay¡ este país de muertos,

apuéstale a la vida




Ay¡ estos muertos nos circundan

como una lápida de dolor.

Están ahí

a pesar de la nada que los envuelve,

en una nata de silencio

!Cómo olvidarlos¡

Enseñaron a construir los sueños,

uno a uno

como quien pega los ladrillos amorosos

de una casa;

a descifrar en la brisa,

la esencia fragante de los árboles.

Ay! estos muertos nos circundan

cómo echarlos al olvido,

si enseñaron el abrazo

y el beso,

y se fueron sin el beso

y el abrazo,

íngrimos,

cuando la misma

muerte les puso una celada

en el camino




martes, 5 de octubre de 2021

Camaraderías

 












*Foto intervenida



Hiende el viento las grietas de la ciudad,

con el ruido de sus alas membranosas

golpeando las paredes

y su pecho se agita en largo suspiro,

en esa hora de tarde,

en que todo entra en un limbo de silencio.

Siente ella, que la felicidad

es una palabra sobrante en los diccionarios.

Se fatiga su alma y su corazón,

quisiera gritar,

pero las palabras desconocen su garganta su boca.

Se siente en esa hora

como un pájaro enjaulado en una jaula sin rejas,

pero al fin enjaulado,

quiere sentir una mano que acaricie sus cabellos,

y seque con sus dedos dulces las lágrimas,

¿lágrimas de qué? si tampoco llorar puede.

¡Ay¡, esa hora de la tarde donde todo es angustia

y no lo es;

donde el dolor no es dolor porque no tiene origen

donde el beso no besa porque las caras no tienen boca

¡Ay! esa hora donde todo pesa y nada pesa.

donde todo muere y nada muere.

Más tarde volverán las horas a su ritmo,

 las cosas a encajar en sus momentos justos,

y él vendrá con su sonrisa de sol,

mientras la tarde cae en liviana penumbra,

y sienta, ese beso de él que, muerde sus labios

sin herir,

y le pida una taza del café

 que ella se esmera por hacer,

mientras le canta con Mercedes Sosa en el celu,

el poema de Benedetti, de las viejas camaraderías:

si te quiero es porque sos

mi amor mi cómplice y todo

y en la calle codo a codo

somos mucho más que dos