Foto intervenida de internet
Tras el ocho de marzo, declarado por la ONU, como
día internacional de la mujer, no hay una historia rosa, sino trágica y
dolorosa, en la lucha de la mujer porque le fueran reconocidos sus derechos de
igualdad frente al hombre. Pero el que dio origen a esta fecha significativa,
aquel del 8 de marzo de 1908: 146 mujeres trabajadoras de la fábrica Cotton de
Nueva York, reventaban la estancia con sus airadas voces de protesta por los
bajos salarios y las malas condiciones laborales. El patrón con el señuelo de
que salieran del recinto para llegar a un acuerdo, buscaba parar la huelga. Las
trabajadoras se negaron. Que se negociara adentro de la fábrica, por lo que el
dueño de la Cotton, cerró las puertas de la fábrica y le prendió fuego, incinerando
a las 146 mujeres en una especie de caldera humana.
Acaso hoy,
una rosa,
a la mujer.
Quizás un
beso diplomático,
o un regalo
etiquetado
con la marca
de moda.
¡No mujer!
Hoy declaro
mis respetos,
a Flora
Tristan
su lucha y su
bandera:
"
igualdad absoluta entre el hombre y la mujer".
Hoy canto por
todos los puntos
de la rosa de
los vientos,
a la
reciedumbre femenina
de Simone de
Beauvoir:
" No se
nace mujer, se llega a serlo".
Hoy estos
versos sentidos,
al fragor
político de Dolores Ibárruri,
“La
pasionaria"
perorando en plaza
pública:
"las
mujeres somos libres de elegir nuestro destino"
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