Vistas de página en total

martes, 12 de enero de 2021

Fiesta de gallos

 




*Foto intervenida




Salió al aire de la madrugada. Olía a albañal. Nunca de tanto tiempo de vivir en el barrio, había sentido tan fuerte el olor como esta mañana. Palpó el changón debajo de la gabardina, y se encomendó a la virgen de El Carmen. Le daba confianza hacer este ritual, pero esa mañana, extrañamente, no sentía el miedo pavoroso que le hacía sudar las manos y la frente, cuando madrugaba a hacer eso que él llamaba "mis trabajitos".

Le había dejado en la mesa del comedor, una plata y una nota a su mujer: "cómprese la nevera industrial y el televisor de cuarenta pulgadas que tanto ha querido y no joda más. El televisor y la nevera viejos, regáleselos a su mamá".

Buscó la calle que daba a la avenida, donde dejaba la moto en un taller de mecánica, pero que todo mundo sabía que era un desguazadero de motos y carros, y sintió un cosquilleo en la frente, cuando fue a abrir la puerta. Palpó de nuevo el changón, pero no supo si por presentimiento, porque un fogonazo le voló la cabeza, con el escándalo de los gallos de la gallera vecina, que ese día pondrían a pelear en las fiestas de la patrona del barrio.