Sus pechos saltaron
al embrujo de la luna,
como liebres ebrias de deseo,
y mi boca en el lagar
de sus pezones,
fue abeja laboriosa,
febril,
desgajando con el paso de las horas
arándanos,
y fresas de su piel encabritada.
Y de la humedad de su gruta,
Y de la humedad de su gruta,
medusas,
algas,
lotos
amanecidos
de agua
y sal.
*Pintura del desaparecido pintor hiper-realista colombiano, Darío Morales
