Foto intervenida de internet
Dijeron que no eran nuestros muertos,
en este país de muertos sin nombrar,
y eran nuestros muertos,
muchachos de barrio,
yo los vi caer
con una flor de sangre en el pecho
la esperanza rota
su protesta yerta ,
entre el tenebroso ulular de sirenas
de los carros
policiales.
Eran muchachos de barrio
de la ciudad
yo los vi caer.
Dijeron que no eran nuestros muertos,
porque nadie dio la orden oficial de
disparar,
y todos vieron las manos policías
engatilladas
restallar las balas en sus cuerpos,
antes de caer.
Eran nuestros muertos
yo los vi caer,
un nueve de septiembre negro
en una noche negra y larga
en la ciudad