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Más tarde vendría a saber, porque me dejó su correo, que Aliette Gousseau (así se llama ) bocetiaba, con gran espíritu artístico, y me dejó ver sus dibujos. Así fui conociendo, entre correo y correo, la personalidad artística de esta francesita, que se asienta en un piso coqueto con ventana al legendario Sena, y a la histórica Torre de Eifell, y ha sido, como ella mismo lo expresa en un español audible "voluntaria para el festival de música y danza folclórica del mundo de Montoire. ESte año, el festival ha invitado grupos de México, y estaba de guía y traductora de dos grupos de México". Esa cercanía le dio la oportunidad de atrapar en sus lápices, desde el retrato, los rasgos de indios Mayos ( José Enrique),de la tierra de Juan Rulfo, en primeros planos y medios.
El Festival de Montoire a donde cada año, Aliette asiste como voluntaria, para oficiar como traductora e intérprete, le ha dado la oportunidad de conocer através de la
danza y el folclor, otras costumbres y maneras de ser de los pueblos; por eso tras el cristal, sus ojos se mueven rápidos para captar a los danzarines en sus giros, y desplazamientos como si fueran una cámara digital. Ella, he ahí una de las virtudes de sus bocetos, atrapa el movimiento, que es donde reside la naturaleza del dibujo o la pintura. Nada en ella es rígido. Por esos sus dibujos tienen vida: se vitalizan con el movimiento. De ahí rl vigor de Los músicos del Ecuador, de Gerardo el Mariachi, de la niña búlgara, de Jonquille, la flor de la primavera francesa. Por eso sus dibujos y bocetos tienen encanto, porque saben atrapar el movimento, ella los sabe, cuando le escucho decirme en el esfuerzo de su español que trata de atrapar la idea en sus fonemas arrastrados que "me gusta dibujar en el metro (allí retoca, retoma ideas, vuelve a bocetiar), me gusta dibujar los músicos y los bailarines, me gusta dibujar la gente cuando no lo saben, se mueven, son naturales..", de ahí que encantan, porque están hechos del alma humana, y no del artificio.


Aliette, tiene una pasión por la música. No importa, ésta, de donde viniere, por eso, me dice su voz que es un murmullo diluviando erres, "también me gusta dibujar los músicos cuando tocan y hacen un concierto en un escenario, pero ni pueden escaparme. Y también debo decir que la música guía mi muñeca. Es excelente dibujar en ritmo.". Eso es el arte: movimiento, y la música lo entraña en el ritmo. Por ello, Aliette, está hecha para no sólo llenar de estética los escenarios teatrales, sino también para captar el mundo y el ser humano, através de sus lápices, como una gran promesa plástica del dibujo.