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jueves, 20 de octubre de 2022

Amor náufrago

 





*Foto intervenida



Hacía tiempo que no se hablaban. Él sin decir una palabra, se fue una noche a dormir al cuarto de los trebejos. Ella sentía que el amor se había erosionado, "amor náufrago, náufrago amor", se repetía en la soledad de su cuarto, como un estribillo de tormento y ahora sin la presencia de Pedro (así se llamaba él), le parecía más grande y deprimente esa habitación donde se habían amado furibundamente desde el momento que se fueron a vivir juntos.

Lo decidió de un momento a otro, a pesar de que Pedro seguía siendo generoso, corriendo con todos los gastos de la casa, sin pensar en lo distanciados que estaban. Tomó una maleta grande, de esas de viaje, y metió en ella toda la ropa de él y la puso en la puerta de la casa, con una nota en un cartel grande que le permitiera leerlo sin excusa: "Pedro, como la casa es mía, búscate otro lugar donde dormir, porque aquí se te acabó la dormida"