*Imagen de internet intervenida
Miro
el espejo
y
ahí estás
como
si nunca te hubieras ido,
y
el tiempo
se
hubiera quedado detenido
en
el azogue del espejo,
para
que vivieras,
en
una primavera perenne
de
cristal,
mientras
adentro,
mi
alma se duele
y
se conduele
con
el encono de una espina
eterna,
espina
que no muere