Levanto la bandera,
por la voz antigua de estas tierras,
la de siempre:
la voz de los caminos, silbo de anaconda,
la del viento lamiendo piedra muda
en las alturas del Machu Pichu;
la del cóndor,
estridulando en los helados cielos de los Andes;
la del indígena y su carrizo,
en la ruta encontrada del jaguar.
La de todos,
cantar de carnavalito
en la minga de la siembra y la cosecha,
para que no falte en cada mesa el pan.
Levanto la bandera, Fito,
" yo vengo a ofrecer mi corazón".