La noche sueña a Lovecraft,
en Las Montañas de la locura;
duerme con Poe en el rumiar
de su Gato negro,
y delira en el caldo tenebrante
de los Cantos de Maldoror
del Conde de Lautréamont.
En el sopor del calor,
los gatos chillan en la piedra ritual
al estallido de sus tripas,
hendidas por la daga de jade.
Mañana hilos de sangre en las calles
cundirán la ciudad de pánico
Foto propia, Piedecuesta al sur
