"¡ay! amor mío que
terriblemente es estar vivo
Sin tu latido, sin tu
latido”
y llueve en la ciudad vieja,
y llueve en la ciudad vieja,
en un chancleteo de gotas
de agua sobre el tejado,
como si fueran la
tristeza misma
¡Ay! estas noches que
callan su boca
abriéndose sus calles al silencio,
abriéndose sus calles al silencio,
silencio que muerde el
alma,
en un abanico de soledad
como si la vida no
respirara
adentro de las casas
viejas
Y este costado de mi
cuerpo
que se duele,
herida del alma
a la espera después de
la lluvia,
de la brisa salvífica
que trae el olor a limonero
de tus cabellos