Llora el bandoneón sus notas,
en cada compás un amor,
una tragedia.
La noche se hace fría,
y en el piano,
al menos un acorde dulce,
que mitigue el veneno
de una traición.
En el trino de los sublimes violines,
quiero olvidar su nombre,
la imagen amarga
de sus falaces besos,
gemidos fingidos
de cuando hacíamos el amor