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domingo, 5 de junio de 2022

Entre tangos de despecho*

 




  





Foto intervenida




Lo vimos como fue hundiéndose en un abismo de inefable dolor. En las noches, aislándose en el rincón más oscuro y solitario del bar, bebía el aguardiente más fuerte del lugar; buscaba quemar la pena de lo que él -a quien nunca se le escuchó decir una palabra sucia- llamaba perfidia.


Cuando salía de su mutismo, y compartía alguna copa, tratábamos con ese espíritu de psicólogos de cantina, de aconsejarle que la dejara, “mujeres es lo que hay”, “ella no le conviene, y si lo traicionó una vez, lo va a volver a traicionar,” y él que aún la amaba, se levantaba de su silla, dando trancos, los ojos encharcados, e hipando para rogarle a "farolito" - el guitarrista - intérprete de tangos del bar-  que le cantara:



“No me hablen de ella...

si vivo en sus besos un mundo mejor,

las cuatro paredes que encierran mis horas

son en su ternura un nido de amor.

No me hablen de ella...

porque es un pedazo de mi corazón,

la quiero y si un día precisa mi sangre,

mi sangre y mi vida por ella la doy.

No me digan nada, no manchen su nombre,

mañana es la vida, ayer se pasó.

Si errar es humano, nos dijo el poeta,

perdonar es divino y esa es mi razón.

Ella es el puñado, mi credo y mi fe.

Por ella yo errante gorrión callejero

al besar su boca la jaula busqué.

*NO ME HABLEN DE ELLA

Letra de Jorge Moreira

Música de Jorge Moreira