*Foto intervenida
Quizás lloraste lunas de sangre,
y eso que eran tiempos donde los
sentimientos
apenas se formaban en el alma;
pero ya estaba el dolor
presagiando la muerte,
y sentías que el pecho se te
oprimía,
y pensabas si
el ave,
el cervatillo,
el puma,
el junco,
el río
también sentían eso que adentro no
sabías
explicar.
Hoy sabes que la muerte existe,
ese hueco donde no se está,
donde no hay beso,
ni la piel se acalora en la
caricia.
Sabes que el puma se duele
en un rugido agudo,
cuando observa a los hombres
arrasando sus praderas;
y que las plantas lloran
lágrimas de goma,
cuando las apuñalan,
y descuajan sus montes;
y que los ríos envenenados,
exhalan su dolor anegando las
tierras
más allá de sus orillas.
Quizás también sepas que debas
detener
la barbarie,
cuando ves que nada le importa la
vida
al capital lúbrico