TIEMPO DE LOBOS
Esta mañana al levantarme tuve que sacudir la sábana: estaba llena de pelusitas grises como de perro. Al lavarme la boca, sentí adheridos entre los dientes, pedacitos de una carne extraña y dulzona.
En la calle me sobrecogí. Uno de esos tipos que venden frutas en carretas ambulantes, le dijo a otro en la Avenida:
-Tiempo de lobos. Empezó la luna llena
-Tiempo de lobos. Empezó la luna llena