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miércoles, 15 de abril de 2020

De silencios y besos










*Foto propia



La casa se ha cerrado 
en una concha de silencios,
que enmudece el ruido de las cosas al caer,
cuando viene la noche,
después de los soles desnudos
descargando sus hervores de luz
en el patio,
donde aún la fuente respira vida
en los cientos de pájaros  picoteando 
el agua a libertad,
sin el espanto de los pasos
de otras veces de otros días.
Desde el zaguán, 
en esta soledad de presencias,
cuando la palabra se atasca, 
se hace un nudo en la garganta,
algo queda:
ver cómo espigan los geranios,
en los tiestos de barro
y la alegría de las begonias 
extendida en los maceteros 
por la brisa de la tarde. 
En la noche desbordando las ventanas
vuelan los suspiros,
y los besos se juntan
conjurando el miedo,
la angustia 
el espanto de esta soledad
sin estar solo:
es que más pueden la vida 
y el beso