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domingo, 2 de agosto de 2020

La hora de las moscas













No había pájaros
menos nidos
solo una mueca de
dolor,
el dolor de la herida
grieta abierta
adentro del alma
sangrante
como un ojo derretido.
El silencio oraba
en el bisbiseo de las moscas
y las bocas
sin labios
perdieron la noción del beso.
Y los brazos cercenados
la razón del afecto
y el abrazo.
Bisbisean las moscas
el silencio
en la hora de los muertos
insepultos.



* A esos muertos de las masacres que vuelven a mi país

*Ilustración propia