
Sé que eres brisa
cuando el vapor de tu boca
alienta en mi nuca
fragancias de rosas encendidas.
Sé que eres lluvia
fina y fresca,
cuando presientes mis ausencias,
y las lágrimas ruedan por tus mejillas,
formando caminitos de cristal.
Sé que eres fuego,
cuando adentro de vos
siento tus humedades
hirviendo a lava
y magma de volcán.