*fotos propias intervenidas de Bogotá. 1. Bogotá centro. 2. Escultura de Botero, entrada Parque Renacimiento
He vuelto a la ciudad,
a sus calles grises,
a sus nubes bajas
amenazando lluvia,
siempre la lluvia
Hace mucho tiempo,
los de la conquista española
un hombre vestido de cota,
después de sus matanzas de indios,
hizo pausa en el altiplano,
miró al oriente y vio con buen presagio,
Guadalupe y Monserrate,
los cerros tutelares de la sabana,
donde había hecho pausa su cabalgadura,
el Chorro de Quevedo
para fundar su ciudad,
ciudad como él,
inundada hoy
de rábulas,
bribones,
y una fauna picaresca de presidentes
y ministros ruines,
los ojos puestos en el
soborno,
la coima,
el sobre,
y en los sofismas jurídicos,
para robar sobreseguro el tesoro público,
y finiquitar la tierra.
He vuelto a la ciudad,
gris como un funeral,
siempre de luto por un país de muertos,
donde la barbarie de las masacres,
se nos anuncia en la radio cada día,
como quien oye llover
!Ay¡ esta ciudad de todos,
que reclama por los muertos de la tierra
la misma tierra que da poder para matar
!Hay que desalojar a indios, campesinos,
afrodescendientes de sus predios¡
vociferan desde sus sillas de poder
los ladrones de cuello blanco.
Quien reclame la tierra
para quienes nacieron en ella
gritan los matones a sueldo
!será hombre muerto¡
Ay¡ esta ciudad
siempre de paredes grises
de nubes grises, de grises nubes
!cómo cambiar su color triste
si los muertos no dejan salir el sol¡