*Ilustración propia
Tan natural, Martha Galletas,
como los caracolíes,que dan a la orilla del río,
sombra ancha,
generosa,
grata.
Era la muchacha de la casa del árbol,
y sus colaciones Corita -excitación del paladar.
Lady Godiva de pantalones rotos,
sobre la montura de su bicicleta vieja,
negra,
como el metal de un barco sin lustre.
Quijote envejecido a destiempo
en su Rocinante de dos ruedas
paseaba su libertad,
por las calles de la ciudad vieja
encendido de vincha* su cerebro,
diciéndonos al pasar
que ella era tan libre
como un ave en el añil del cielo,
y nosotros,
tras los alambres de la jaula,
unos pobres pájaros
con las alas rotas.
¿A dónde andará ahora
que es un soplo liviano
e indeleble?
*Vincha: yerba