*Foto intervenida
Me he acostumbrado a tantas cosas en la vida,
a las tardes grises que llenan de tristeza el alma,
al olor agrio de la barra donde solemos tomarnos
las cervezas,
a la distancia de su cuerpo cuando se enfada en la cama
y me da la curva perfecta de su espalda,
al beso que se da por cumplir el protocolo
de las buenas maneras,
a las horribles manchas de los dedos grasientos
en la pasta negra de los libros,
a la levedad de nuestros cuerpos
cuando mueren sus humedades
como olas de espuma en la arena.
A tantas cosas me he acostumbrado en la vida,
que no sé si me acostumbre a su amor,
cuando al fin decida amarme