La felicidad es un domingo,
la he escuchado tantas veces,
que se volvió frase huérfana,
sin dueño ni gobierno.
No juzgo a los que esperan los domingos
con la ansiedad del niño
que sueña los vientos de agosto para elevar cometas;
son sus sueños y hay que respetarlos.
Mientras otros madrugan al sol del domingo,
duermo hasta tarde,
en una duermevela que fatiga y tortura.
! Cuántas veces ¡ he recorrido esos días de domingo,
vacíos y tristes, hechos racimos de gente en los supermercados como esperando un Godot que nunca llega
Hay en sus ojos una mirada imprecisa,
ojos de pez en el acuario
mustios como los míos
cuando en la ventana del domingo
la he escuchado tantas veces,
que se volvió frase huérfana,
sin dueño ni gobierno.
No juzgo a los que esperan los domingos
con la ansiedad del niño
que sueña los vientos de agosto para elevar cometas;
son sus sueños y hay que respetarlos.
Mientras otros madrugan al sol del domingo,
duermo hasta tarde,
en una duermevela que fatiga y tortura.
! Cuántas veces ¡ he recorrido esos días de domingo,
vacíos y tristes, hechos racimos de gente en los supermercados como esperando un Godot que nunca llega
Hay en sus ojos una mirada imprecisa,
ojos de pez en el acuario
mustios como los míos
cuando en la ventana del domingo
me asomo a mirar
un sol que calcina todo sentimiento
un sol que calcina todo sentimiento