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domingo, 9 de noviembre de 2025

martes, 28 de octubre de 2025

CARABINA

 








*Foto de internet intervenida


Alcanzó a correr unas cuantas cuadras, con el balazo de la carabina en la cadera. Trató de refugiarse en el antejardín de una vieja casa que, aún se mantenía en pie, entre los frondosos rosales. Sintió la sangre que le escurría por la pierna, y le  empapaba el pantalón. Le molestaba el olor a sangre. La primera vez que recibió ese olor hostil, cuando en una de las operaciones, uno de sus compinches se desangró por un tiro en la femoral, casi se vomita. 

Ahora era él, el que sangraba, y repugnaba el olor de su propia sangre fluyendo como una llave rota, viscosa y detestable. Fue entrando en una especie de sopor y cayó de espaldas en el césped. Cuando sintió el frío de la carabina en la frente, ya tenía la mirada borrosa, pero creyó adivinar en el hombre de la carabina, un gesto de satisfacción,antes de que apretara de nuevo el gatillo.

sábado, 18 de octubre de 2025

martes, 7 de octubre de 2025

MUCHACHA DE LA BICICLETA

 

*Foto intervenida



Hoy me levanté temprano

sin urgencia alguna,

y la vi pasar en su bicicleta con canasta

de flores por la calle de mi ventana,

la brisa alborotándole la espiga de sus cabellos,

y los muslos alzándose generosos

en cada pedaleo de sus piernas longitudinales.

Me ha vuelto a mirar con la gracia silvestre

de sus ojos,

y los tajos de  manzana madura

de su boca.

¿Volverá a pasar mañana?

Me pregunto con la saliva ansiosa

del caldo del desayuno,

y el bordier que se enrosca entre mis piernas,

buscando el calor de la mañana

 

 




jueves, 25 de septiembre de 2025

jueves, 4 de septiembre de 2025

Tropiezos

 




*Foto intervenida



La eroticidad no se despoja de ti,

a pesar del espacio/tiempo diría Einstein. 

Aún tienes esa  bella cara de muñeca 

ingenuamente sensual de los primeros  tiempos. 

Se quedaron en ti,

como en la Monroe se quedaba el deseo perturbador

antes,

y después de los arrebatos de Arthur Miller por la diva

y el desahogo de los barbitúricos para espantar

el abandono. 

Contigo no tienen razón los relojes;

después de tantos años 

y sus arrugas de distancia vuelvo a verte,

y siento de nuevo ese fragor de tallo y hojas

abriéndose paso abajo del vientre

como en los primeros tiempos