Foto intervenida
Un 14 de febrero de 1984, murió, Julio Cortázar en París, y fue
enterrado en Montparnasse. La mejor manera de memorarlo, a manera de reto, es a
través de la creación de un texto narrativo que, a manera de cuento recuerde a
la mítica Maga, de su novela Rayuela. Ahí va:
LA MAGA QUE TODOS LLEVAMOS DENTRO
Siempre habrá una Maga, como la de Rayuela en
nosotros. La veremos un día despistada, con el pelo rebelde en la cara,
caminando por una calle náufraga de señales, y nos iremos tras ella,
conversando de lo fresca que está tarde (ayer el calor era insoportable), y
sabremos que vive en un apartamento que amenaza ruina; pondrá unos discos del
gran Satchmo, nos hablará de El perseguidor de Cortázar, y entrada la noche,
ella preparará un tinto, mientras parlotea de un rincón de la ciudad donde los
pájaros mueren contra los ventanales, entonces nos daremos un beso, y seremos
ya, parte de su juego, ese juego interminable de jugar a reencontrarnos en la
excusa del azar o la coincidencia, por esos lugares que ella demarca como
suyos, productos de su amor por la ciudad, porque más ha podido esa manera
silvestre, natural y salvaje de amarnos, ella desandado nuestros pasos,
nosotros desandando los de ella.