Foto intervenida
Hoy la miro desde tantas grietas
y roturas.
La vida no es un llano,
donde respirar no fatigue.
Cada recodo tiene un sello de torre almenada de amores
y luchas siempre vivas;
muñón descabalado por el tiempo y la lluvia
que amenaza ruina.
Cuánto se construye¡,
cuánto se levanta ladrillo a ladrillo
o se viene abajo por la piqueta de los
zapadores
que destruyen los sueños y utopías.
Pero ay¡
la utopía se agarra de donde pueda
-a pesar de las jaulas-
para hacerse ala
en una bandada de pájaros
Añoro la utopía fluyendo contra los tropiezos,
como un río que no se enreda entre
las piedras,
y las rebasa.
Ella
nombra los caminos que hay
-debidamente- que recorrer,
para la vida justa,
y señala allí,
donde el pan amasa sonrisas
y le pone mordazas a la muerte.
Yo la miro desde las muescas
hechas en las paredes de la casa,
señales de la existencia que no
claudica
sueño impenitente de construir con
todos
los caminos de esperanza y de vida.
Y a pesar de los golpes,
traspiés,
caídas,
el amor
espiga
cada siembra
cada beso
para que la mesa esté servida de pan para todos
algún día