Bajo
la sombra de tu pelo
hueles
azahar
y
en el nido de tu pecho
tus
ojos custodios
son
estrellas mientras duermo en ellos.
Contigo
siento que soy la brisa
que
se eleva ingrávida
y
se vuelve lluvia luego
para
mojar tu cuerpo,
y
encajar en cada poro
de
tu piel
la
eternidad del agua.
!Corre¡
lluvia por su piel,
que
soy el agua,
y
tú cántaro agradecido.
Mañana,
amor,
serás
durazno
y
me embriagaré de su licor
en
cada beso tuyo.
Muerde
mi boca
que
muerdo la tuya.
mi
durazno en flor,
Es
la hora del tálamo
y
la piel llama al abrigo
de
los cuerpos.
Vendrá
la madrugada
y
en tu cuerpo desnudo
nacerán
jazmines
saludando
el nuevo día.
*Foto
intervenida