Adentro de ella estoy.
Mi espada no la saja.
Humedece
los lotos,
los helechos
de su pródiga gruta.
y,
mientras escurren sus paredes,
lodos de agua y sal,
se deslizan por sus ojos
lunas de placer amanecidas
Mi espada no la saja.
Humedece
los lotos,
los helechos
de su pródiga gruta.
y,
mientras escurren sus paredes,
lodos de agua y sal,
se deslizan por sus ojos
lunas de placer amanecidas