Hay angustia en los pechos.
Latidos de piel percutida en lo grueso de la noche
rompen la nata del silencio.
!Cómo detenerla¡ si agita impertérrita las arterias,
y en cada tumbo el corazón es un tan tan, de acumulados miedos.Los besos se congelan en el vaho frío de las bocas,
y la palabra de amor se hace nudo en la garganta.
Las manos siempre abiertas al deseo de la piel, han perdido la memoria.
Agazapados en el miedo,
escuchan quebrar las ramas y las hojas;
avanzan los pasos de la muerte,
camuflada en una noche sin luna,
en una noche de niebla..
Agazapados en el miedo,
sólo esperan los guadañazos,
qué teñirán de sangre los cantos de gallo
hasta el alba.