*Foto intervenida
Sé que el
beso se ha difuminado
en miles
de muecas;
y el amor
en una mascarada donde se baila
y se bebe
con un gesto neutral de sentimientos.
Es la hora del flameo de la bandera negra,
en el
palo mayor de un galeón que viaja
silenciado
de recuerdos.
No hay
luna,
ni soles,
tiempo de
insomnes
que
anhelan el sueño,
pero
tampoco saben para qué dormir,
ni por qué la razón de este desvelo
sin tiempo,
ni espacio.
Quizás en
las grietas de los monumentos,
donde se
juntan la hierba y las hormigas,
aún haya
un pedazo de memoria
de cuando
el amor era hermano de la vida,
y los
caballos galopaban las praderas,
libres...enteramente libres.
Puede que
no todo sea olvido
en este
vaho de hoy anublando la memoria.