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martes, 19 de noviembre de 2024

viernes, 8 de noviembre de 2024

Memorial del tiempo










El bar ya no estaba, 
allí donde cogidos de la mano
y en la otra una cerveza,
cantábamos "La flor de la canela",
con una Chabuca enamorada,
y "te recuerdo Amanda", con el sentimiento de dolor de un
Víctor Jara.
Ni siquiera el teatro donde subimos al palco de madera 
a darnos los primeros besos,
y donde nos enamoramos de las películas de Costa Gravas,
que nos abrió al camino político, 
estaba.
Menos  tu nombre que a punta de buril 
y de  amor,
grabé en la pared de piedra de la ermita,
pensando hacerlo eterno
y ahora se ha perdido entre sus escombros 
y ruina.


*Foto propia

lunes, 28 de octubre de 2024

DEL MICROCUENTO

 








La niña aferró la muñeca contra su pecho, protegiéndola, cuando escuchó la sirena que anunciaba el bombardeo. A la muñeca la encontraron. De la niña no se sabe.

 

 

 Foto de la web


 

 


domingo, 20 de octubre de 2024

domingo, 13 de octubre de 2024

CLAROSCURO









Miro las cabriolas del tiempo,

andando y desandando

y se instala en el pasado,

en algún mueble que aún no

condenamos al cuarto de rebrujo;

en la ventana donde se apostaba ella,

para el furtivo beso.

En la casa vieja de cuartos espaciosos,

donde alguna vez,

nos desnudamos y urgidos de deseo,

supimos por primera vez del amor venéreo.




Foto propia. Piedecuesta, La Sinfonía

martes, 17 de septiembre de 2024

CIUDAD MUDA

 











Foto intervenida



Husmear en las grietas de la ciudad
si envejece la piel.
Ver como cae el zócalo del viejo teatro
a donde los novios buscaban los palcos
para reencontrarse en sus bocas,
en sus manos,
cuando se apagaban las luces
Mirar cómo la ciudad ha perdido su rostro,
en el derrumbe de las viejas casas,
aquellas que hablaban del amor a la madera
en las puertas
taraceadas por viejos artesanos.
La ciudad se fue quedando sin indicios
de su historia,
aquellos monumentos que hablaban de ella,
habitan el recuerdo.
La ciudad de ahora no habla,
híbrida de modas,
de arquitectura vacía,
monólogo de edificaciones,
calles donde nadie se entiende,
porque cada uno es un mundo,
y si hay lenguaje el del arma afilada,
(bájese del billo*, hermano)
o del fierro* que escupe la muerte,
(de algo hay que vivir, parce, así sea
matando)
Tampoco nada queda del sendero aquel
camino del salto de agua,
que caía hecha espuma,
sobre nuestros cuerpos desnudos
liberando el deseo
de las ataduras del pecado

*Billo: dinero
*Fierro: arma de fuego


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