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martes, 30 de agosto de 2022

DE SOLEDADES Y SILENCIOS

 





*Foto propia Entre La sinfonía y Los ojitos. Piedecuesta 



Esta soledad de alas náufragas,

en una hora en que sol se derrite

y se diluye en la calle;

y las bocas se quedan mudas

adentro de las casas,

ante un mal presagio.

Un silencio lapidario lo puebla todo

Nadie habla,

y el alma retiene los suspiros,

presintiendo sobre el pecho los cascos

de la muerte.

Todo se ha callado,

hasta las hojas de los árboles

se han quedado suspendidas

en el aire,

para no despertar al silencio,

y que esta soledad

esté más sola.





martes, 16 de agosto de 2022

ESTA NOCHE SERÁ MÍA

 







*Foto intervenida



En la noche se escucha la canción

de Gonzalo y Angelita:

"esta noche me amarás",

mientras miro sus fotos en un álbum sepia,

tejido de tiernos recuerdos

y se me quedan sus ojos prendidos como luceros

en los míos

ya que no hay luna.

Agoniza la canción,

pero no la ansiedad de mirarla

aunque sea en las fotos de un álbum viejo,

y me agarro en el vacío de la noche

de la memoria de sus labios,

me prendo de su boca

y soy su saliva,

su propia lengua agradecida.

Esta noche será mía

en este sueño sin estrellas,

aunque sólo sea una imagen

en las páginas de un álbum desteñido

por el polvo y por tiempo











miércoles, 3 de agosto de 2022

MIEDO

 









*Foto intervenida




La calle era larga y estrecha, de casas con balcones de madera taraceada, que casi se besaban. Los andenes tan altos, que prefirió caminar por un suelo de piedras redondas que le maltrataban la planta de los pies, a pesar de los acolchados tenis.  Hacía calor. Sacó un pañuelo rojo y se secó el sudor de la tarde de un sol abrasador.

Le habían dicho, "el hombre vive en la última casa del callejón, no hay pierde. Es la única que no tiene balcón, ahí termina la calle". La puerta estaba abierta de par en par. Palpó la pistola en la pretina.. Pensó en su padre, muerto a mansalva por el hombre que buscaba. Traspasó un largo zaguán, en el fondo, en un patio sin plantas, estaba el hombre tendido en una hamaca, escuchando tangos que salían de uno de los cuartos.  y sintió por primera vez miedo, un miedo cerval, que no había sentido  desde que andaba buscando al hombre, por cielo y tierra, para matarlo.