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lunes, 29 de julio de 2019

DECISIÓN








*Foto de internet intervenida





Luis Aute,  "ay¡ amor mío/que terriblemente absurdo/ es estar vivo/ sin el alma de tu cuerpo/ sin tu latido...", la escuchas en el ring tone del celular, mientras vas en el articulado,pero no contestas la llamada. La canción te pega duro, hace rato que esas canciones de despecho te hacen saltar la ansiedad, y sólo la paras dándole al saco de arena que te quedó como recuerdo de cuando te ganabas la vida a los golpes en un tinglado de box. 

Hace rato sientes que se te maleó el alma, hace rato esa idea te espina el alma, desde que ella se convirtió en una mujer distante y distinta contigo. Entonces te bajas, y no tomas el bus que te lleve a casa. Ya nada podrá detenerte porque has resuelto que será esta noche.




lunes, 22 de julio de 2019

AGUADA









*Foto propia intervenida




Avanza el día tan lento como un caracol, 
y se despereza en las nubes 
amenazando lluvia en las laderas de la cordillera.
El calor no cede
cuchilla afilada que parte en trocitos delgados
el pecho.
Más tarde la lluvia se juntará con el calor,
y un leve sopor adormecerá el alma en un limbo.
Sólo un beso tuyo sabrá despertarnos,
a este caer de notas de lluvia 
sobre el tejado.
Llueve,
como si fuera una brisa de agua
y mi alma tiene la tristeza de tus ojos
cuando te vas

lunes, 15 de julio de 2019

ONÍRICA














foto intervenida

Noche sin luna,
tan callada que  los sapos,
han suspendido su monótono croar 
en las charcas,
y los grillos y cigarras, 
su orquesta de bajos y tenores,
en el bosque de ceibas y encinos
Se ha detenido el tiempo,
blindando las horas 
en un limbo de carbono.
Nada se escucha,
nada se ve.
Sueñas con una sirena varada 
en un mar de cristal.
Quieres moverte en tu sueño,
pero no puedes.
La sirena tiene los ojos abiertos, 
pidiendo  auxilio,
pero no puedes ayudarla,
y chapalea,
rompiendo los cristales de agua, 
con sus aletas,
con su cabeza,
con su dorso,
hasta liberarse.
Te despiertas, 
y tus pies,
tus costados,
tu cabeza,
son grifos de sangre.

lunes, 1 de julio de 2019

De amores imposibles






*Foto de internet intervenida



Creo que Heredia cantaba, en la pantalla grande del bar," Ay fogata de amor y luna, razón de mi vida", y sentados en la barra, nos habíamos puestos nostálgicos, trayendo a cuento viejos amores, cuando Alfonso, se quedó mirándome y me dijo, que me iba a parecer ridículo, lo que me iba a contar:
-Estoy enamorado de una violonchelista alemana
-Pero, sino te gusta la música de cámara- le respondí, y él pareció no escucharme
-La vi tocando por pura casualidad, su violonchelo en Film & Arts, y me enamoré perdidamente de ella. Es una muñeca, mi Anette Eisenhauer. Si le vieras la piel. Blanca como el algodón
-Las cámaras mienten. ¡Qué sé yo¡ En televisión se usan muchos trucos para mejorar el aspecto de las personas.
Sin embargo, Alfonso, había puesto una barrera a mis comentarios, y tuve que esperar a que él mismo saliera de su delirio, hasta que me preguntó, que si yo no había tenido amores imposibles. Le dije que no.
Realmente, le mentí. Sí había vivido la experiencia algo similar, pero no como su amor limpio por la violonchelista teutona. Había sido un amor erógeno, por una diva del cine: Marilyn Monroe, la que le cantó en la Casa Blanca, al presidente Kennedy, con voz sensual, “Happy birthday to you / Happy birthday to you / Happy birthday Mr President / Happy birthday to you /  Thanks, Mr President"; aquella que en su película, Níágara, entrado ya en la pubertad, me templó por primera vez, la bragueta de los calzoncillos, en el teatro Mogador; la misma que me llevó a entronizarla, encima de la cabecera de mi cama, en el poster clásico donde el aire le sube la falda, tentadoramente, y ella trata con una  lasciva ingenuidad, de bajarla con sus manos. Sí. La misma que un día le dio la ventolera de casarse con el dramaturgo Arthur Miller, el de La muerte de un viajante, y me entraron unos celos podridos, que no tuve más remedio que bajar su póster, de encima de la cabecera de la cabecera de la cama, y abandonarlo en un viejo baúl, en el cuarto de los trebejos. Pero puede suceder, que después de tantos años abra de nuevo el baúl para mirar el póster de la Monroe, y ya no me mate el deseo sino la nostalgia