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jueves, 19 de septiembre de 2019

CRÓNICA DE SOMBRAS Y DELIRIOS








*Foto de intervención



Dicen que -prácticamente- lo cecinaste, porque la crónica roja, enfatiza que " tras incontables puntadas, le fue abriendo el pecho hasta desangrarlo", y eso no es asesinar sino cecinar con sevicia para causar dolor.

No te disculpo, ni tampoco te juzgo, siempre fuiste un ser dolorido. Hablas de tus razones para matar al hombre que amabas indeciblemente, de esa manera tan dura y cruel; pero tus razones, no son precisas, infieren los delirios de una mujer atormentada por un dolor de siempre, y tuviste que imaginarte que otra distinta a ti lo besaba como si fueras tú, y estaba dentro de él sin ser tú, para hundirle en el pecho tantas veces el cuchillo, buscando matar ese dolor que siempre te ha perseguido como una sombra lábil e indeleble.

35 comentarios:

Frodo dijo...

Y la poesía, siempre el lenguaje poético que anida en ese cubil colombiano. Ya sea crónica, microrrelato, nota al pie o comentario... la poesía envuelve tus PAlabras. Y no es común. De sombras que se menean y delirios, está repleto el mundo.

Abrazo grande Carlos Cronista Poeta !

Jose Vivo dijo...

Trágica y sobrecogedora crónica. Sólo la locura y el delirio puede llegar a semejante desenlace. Sólo por causar dolor.
Un abrazo

Verónica O.M. dijo...

Huyamos de l@s celos@s no traen nada bueno.
Un enorme abrazo

A. dijo...

Los celos son enfermizos hasta el punto de matar. Eres mío y de nadie más se suele decir. Me encantó. Un abrazo.

mariarosa dijo...


Un ser enfermo solamente puede matar a quien ama...
Un relato crudo, admiro tu capacidad para lograr poner tu bello estilo literario en un crimen tan tremendo.


mariarosa

Paula Cruz Roggero dijo...

Muy bueno, toda una crónica de un asesinato por celos...
Me encantó.
Besazo y feliz viernes.

Mari Carmen dijo...


Duro, crudo, triste...un microrelato exponente de los celos...me sobrecoje.

Un abrazo.

Sandra Figueroa dijo...

Un asesinato por celos enfermizos. Cuando esa enfermedad hace delirar se es capaz de matar. Saludos Carlos.

Rita dijo...

¡Desgarrador! Pone la piel de gallina el texto de hoy. Da escalofríos pensar hasta dónde puede llegar la crueldad del ser humano. Creo que en estos casos dejaría de ser humano para convertirse en ua animal sin raciocinio ¿no? Un abrazó, Carlos

CHARO dijo...

Triste y terrible entrada, jamás entenderé cómo un ser humano puede matar a otro...las personas pueden llegar a ser demasiado crueles, menos mal que hay también mucha bondad y esto hace que todavía se pueda confiar en la humanidad.Saludos

Laura dijo...

Que malos son los celos...
Nunca los he entendido, ni sentido... así que no puedo opinar sobre algo que desconozco...
Trágico relato el que nos traes hoy pero bella poesía la tuya siempre.
Un abrazo.

lanochedemedianoche dijo...

Hay mucho celo enfermizo en las personas, tu relato desgarrador y muy actual.
Abrazo

Zilani Célia dijo...

OI CARLOS!
TRÁGICO COM UMA FORÇA INCRÍVEL, TUAS PALAVRAS SÃO CERTEIRAS.
ABRÇS
http://zilanicelia.blogspot.com.br/

ოᕱᏒᎥꂅ dijo...

a eso le llaman alevosía
besos

Mara dijo...


En España, por desgracia, los asesinatos de mujeres en manos de hombres está a la orden del día y ya van este año más de 30 niños y niñas huérfanos de madre. Algún caso habrá que la asesina por celos sea ella, yo no conozco ninguno. Buen relato.
Un saludo.



ANNA dijo...

Demasiada impunidad a esos crimines
VIOLENCIA MACHISTA
Graba cómo su mujer muere tras sufrir una bajada de azúcar
El hombre fue detenido por un delito de homicidio y otro de malos tratos
esto y otras se permiten y no pasa nada.

Gracias por tu visita y aportacion

Besos

Marina-Emer dijo...

Pero se dice que lo poco agrada y lo mucho enfada …
bueno hoy voy con prisa ...gracias por tu visita ...un placer recibirte ...abrazos

María dijo...

Triste que puedan existir dramas a causa de los celos, yo creo es son una enfermedad incurable.

Un trágico relato que puede ser tan real como la vida misma.

Un placer siempre mi querido amigo Carlos.

Besos enormes y feliz domingo.

Gustavo Figueroa Velásquez dijo...

Maestro, nos introduces en los laberintos aciagos de ese desequilibrio sicológico que son los celos que nos pueden llevar, como en tu historia, a situaciones terribles como el asesinato de forma tan bárbara; pienso que cuando los celos no se pueden controlar, llega un instante en el que el celoso puede llegar a perder la razón y convertido en una bestia intente liberarse de su dolor del alma, de sus angustias, de sus inseguridades, mediante el uso de la violencia; sin embargo, creo, que cuando el ser humano regresa de su estado troglodita y vuelve a la realidad, si es que vuelve, lo que le espera no es la cordura sino la continuación de su tormento del que ya no tendrá cura porque su conciencia, además, le estará acusando de ser un asesino, de ser un ser malvado y se verá ante la sociedad como un criminal.
Terrible historia, Maestro Carlos, que refleja el drama de los seres humanos en la paradoja de los sentimientos.
Fuerte abrazo.

José A. García dijo...

Tenía que asegurarse que no regresaría.

Saludos,

J.

Graça Pires dijo...

Tragicidade e beleza num texto excelente…
Uma boa semana.
Um beijo.

Isa dijo...

Hola Carlos. Aquí es una lacra lo de las mujeres muertas a manos de sus parejas. Esas que dicen "quererlas tantos" pero no respetan el que ellas ya no les quieran. O por el mero hecho de creerse superiores a ellas las maltratan y las maten.
Los celos son la enfermedad maligna de hoy día.
Abrazosss

tequendama dijo...



Inventó una amante para matarlo, ciertamente su cabecita no estaba bien. Con un drama que se repite a diario, matar por amor, creaste una bella poesía.
tequendama

Beatriz dijo...

Esto es muy fuerte, como un ácido en la herida. Bien narrado, es un buen micro relato solo para el género negro.

Saludos, Carlos. Feliz semana.

Patricia Palleres dijo...

Hola Carlos
Muy bueno. Pude sentir la impotencia frente a la violencia extrema y la locura que lleva a una persona a terminar con la vida de otra.

Con respecto a tu propuesta de intercambiar literatura, me encantaría te dejo la dirección de mi facebook: https://www.facebook.com/ppalleres1

Te dejo saludos cordiales!!!

Marina-Emer dijo...

Hola amigo ….hoy no traigo tanta prisa pero vengo a dejarte un abrazo ….
besos

Sneyder C. dijo...

Desde luego no debía de estar bien su cabeza.
Buen micro relato.

Un cálido abrazo Carlos.


Kasioles dijo...

?Cómo entender algo tan cruel y premeditado?
De siempre se ha dicho que hay amores que matan, pero, en este caso, no fue amor la causa que motivó su asesinato, fueron los celos que sólo demuestran la poca autoestima que la autora siente.
Te dejo cariños y te deseo una feliz semana.
Kasioles

Rosana Martí dijo...

No concibo que el amor pueda acabar siendo así, esto me lleva a la conclusión que todo era mentira.

Un abrazo de Rosana.

Conchi dijo...

Un microrrelato con un persona un poco desequilibrada y macabra, los celos pueden inducir a eso y más. Feliz fin de semana Carlos.

Un abrazo.

Amapola Azzul dijo...

Hay tristeza ahí , en las emociones , y
todo lo que daña o agrede me da tristeza.

Besos.

La utopía de Irma dijo...

PUf.... poco más que decir.

Abrazote utópico, Irma.-

Verónica Calvo dijo...

Terrible.
Más allá de los celos. Obsesión, posesión y patología.
Reflexión en la voz del narrador. Buena elección :)

Abrazo, Carlos.

Adelina dijo...

Es muy triste, uno mata el amor, a veces sin suficientes razones. Los celos son duros, son una inseguridad de carácter la mayoría de las veces…

Es interesante siempre leerte. Muchos besos, Carlos.

Tesa Medina dijo...

Hermoso e inquietante como lo relatas, Carlos, obsesivo, terrible y enfermizo lo relatado.

Como dice Adelina más arriba, los celos se alimentan de la inseguridad y de la baja autoestima.

Recurrir a la dualidad para poder besarlo y amamrlo, a la vez que con saña, odio, dolor y desesperacíon le hunde el cuchillo en el pecho. Ese dolor que siempre estuvo ahí agazapado esperando por donde fluir...

Eres un narrador excepcional, Carlos, y un excelente poeta.

Un beso desde este Madrid con un otoño veraniego que tiene en suspenso a las hojas caducas y a mis botas de lluvia impacientes por chapotear en los charcos.