EL PIAFAR DE LOS CABALLOS
Angustia de las horas,
la luna ojo enrojecido de la noche,
el rio es una sierpe entre los cardonales.
Se escucha el silencio
como una herida en las sombras.
No hay brisa,
las hojas de los àrboles,
son sueño vegetal en la quietud.
Se siente el miedo,
viaja en las ondas sordas de esta noche,
en la mordaza del beso que acalla
la angustia de las bocas;
en la piel que esconde en cada poro
el goce de la caricia,
el tan tan de la piel hecha deseo.
Presesiente en su canto la lechuza
la desgracia.
La luna se ha ocultado tras nubes de pizarra.
Se agita el hijar de los caballos,
cuando los jinetes con sus espuelas los hieren,
y a galope tendido se abren paso en la llanura.
La mujer,
da un beso de despedida a su hombre
y presiente que es el ùltimo
en el piafar fùnebre
de los encabritados caballos
l
Angustia de las horas,
la luna ojo enrojecido de la noche,
el rio es una sierpe entre los cardonales.
Se escucha el silencio
como una herida en las sombras.
No hay brisa,
las hojas de los àrboles,
son sueño vegetal en la quietud.
Se siente el miedo,
viaja en las ondas sordas de esta noche,
en la mordaza del beso que acalla
la angustia de las bocas;
en la piel que esconde en cada poro
el goce de la caricia,
el tan tan de la piel hecha deseo.
Presesiente en su canto la lechuza
la desgracia.
La luna se ha ocultado tras nubes de pizarra.
Se agita el hijar de los caballos,
cuando los jinetes con sus espuelas los hieren,
y a galope tendido se abren paso en la llanura.
La mujer,
da un beso de despedida a su hombre
y presiente que es el ùltimo
en el piafar fùnebre
de los encabritados caballos
l
14 comentarios:
Me hace recordar un poema de Vallejo, Los heraldos de la muerte. Un abrazo.
Me ha encantado. Te sigo
Un saludo,
muchisimas gracias magno Poeta por concedernos el privilegio de sumergir nuestra alma en el bellisimo manantial de tus letras, un besin muy grande de esta asturiana amiga y admiradora de ellas.
Muy bello. Me ha gustado mucho. Noto en tu poesia cierta similitud con la mia y eso me encanta. Abrazos.
Tu magnífico poema tiene sellada la simbología lorquiana.
El caballo como símbolo de connotaciones sexuales o vaticinio de encuentros furtivos en la noche (como en "La casa de Bernarda Alba").
La luna roja como símbolo de la prolepsis de una muerte en la noche (como en "Bodas de sangre").
Y ese mundo gitano, mitificado por mi querido Lorca, que no explicitas en tu poema pero que se oye latir en "besos de la mujer a su hombre", interpretación esta última totalmente personal y caprichosa de mi lectura.
Me ha encantado tu composición, con tus versos me has sumergido en esa atmósfera en la que se oyen los latidos de lo que va a suceder, que pensé que solo Lorca era capaz de conseguirlo, pero tú has llegado a ello con mucha maestría y encanto. Mi admiraoión.
Un abrazo y un placer leerte.
MIS PENSAMIENTOS. MERCÉ CARDONA.
Dice, da gusto leerte, es un bello poema.
Agradezco tu visita. besos
Una ida sin posible regreso, qué difícil y triste se lee.
Un último beso en una bella y misteriosa noche, me gustó.
Saludos.
Increíble tu forma de "poemar" la historia. Se ve, se olfatea, se escuchan los silencios y se acongoja el alma ante el último sonido.
Fantástico, Carlos.
Besos.
Extraordinario, leer estos versos campestres llenos de vida y pasión.
Besos
Me a taido hasta aquí , tu foto,,
Que cosas estas de las coincidencias de la vida ,
Misma foto , mismo ser , para hablar.
Un saludo , bello poema
Carlos Augusto. Me llena.
Besos y amor
je
Las mujeres presentimos cual es el último siempre. Muy hermoso. Besos
Sinceramente, es un placer leerte.
mariarosa
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