Botero lo hizo, Grau también. Se deslizaron de la pintura a la escultura, en un afán de explorar y ampliar el ámbito de su propuesta estética. Por ello, no extraña que el maestro Gonzalo Rey, uno de los pintores santandereanos, anclado en Piedecuesta -con gran respeto en el medio, por su permanencia en el oficio- haya derivado a la escultura.
Por ahora, parece explorar en el campo tridimensional. Imperan objetos, bloques de madera en su mayor parte, que dan la impresión de trozos abandonados, los que Gonzalo Rey, recoge de su naufragio y aprovecha sus caras, para dejar impresa la huella de su pintura. Se diría que la intención es de integrar la escultura con la pintura, guardando las distancias, algo así como las camas, la mesas y demás objetos, sobre los cuales pinta Beatriz González. Pero la peculiaridad en Gonzalo Rey, es que los objetos sobre los cuales pinta, los trabaja, les da forma, pues se observan en la idea troncos con ramificaciones, sobre las cuales equilibran mariposas, o especies de conchas o corales, rodeadas de pececitos de colores, que buscan su alimento.
Quienes conocen el trasiego de la pintura seria del maestro Gonzalo Rey, saben que ha sido estudioso, investigador,y búsquedar de lenguajes. Ahí están etapas relevantes como la de la estética de la chatarra, de la velocidad, de desnudos integrados a objetos, de sus atmósferas, y otros andares. Por eso, ahora que asume la exploración de la escultura, no se pone en duda - merced a su capacidad creativa- que los logros responderán a las exigencias de identidad y de respuestas estéticas.
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