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sábado, 30 de abril de 2022

SIN ESTRELLAS

 







Foto propia intervenida




Siempre lo veía pasar por mi puerta,

y quedarse mirando al fondo el patio

de la casa

con su chaqueta militar

desleída por el tiempo,

y tachonada de estrellas.

Quizás el olor peculiar de las pomarrosas

del patio,

le traía buenos recuerdos.

No ha vuelto a pasar por mi puerta.

Hoy alguien me contó,

que lo encontraron muerto,

y  no tenía sus estrellas de hojalata




 

47 comentarios:

José A. García dijo...

Esas son de las peores muertes posibles.

Saludos,
J.

JLO dijo...

pero asì y todo dejó su recuerdo en vos...

lichazul dijo...

Cada república tiene sus héroes con o sin estrellas , cada suelo se regó con la sangre de aquellos que fueron pioneros

Abracitos 🤗

mariarosa dijo...

Un poema que es homenaje. Los personajes de cada lugar, se van en silencio, él, se quedó sin estrellas o se las llevo en su viaje final.

mariarosa

Elsa Tenca - Mariani dijo...

acarreaba estrellas apagadas...
Cariños, Carlos.

Alfred dijo...

Se fue con sus estrellas a otra dimensión.

Saludos.

Carmen Silza dijo...

Se fue y arrastro a las estrellas, beso el suelo y se convirtió en una de ellas.
Feliz domingo 1 de mayo. Un abrazo

Solo Yo dijo...

Desaparecen pero el recuerdo continúa con o sin estrellas!

Rocío G. Tizón dijo...

Qué bonita reflexión. El recuerdo nunca se va.
Un abrazo, amigo Carlos.
Feliz día.

Mari Carmen dijo...

Muy buena reflexión, con estupenda moraleja.
La soledad no elegida, pa peor, no obstante tuvo quien reparó en él...
Un abrazo.

unjardinsostenible dijo...

Las personas se van, pero sus recuerdos siempre prevalecen. Sus medallas probablemente, no le hagan falta allí donde va. En nuestra ida nos vemos desposeídos de todo cuanto nos rodea. Preciosos versos que incitan a la meditación sobre lo importante de la vida.
Un gran abrazo amigo Carlos y feliz mes de mayo.

CHARO dijo...

La vida misma amigo, todos desapareceremos un día y dejaremos nuestras propias "estrellas".Saludos

J.P. Alexander dijo...

Bello y triste poema. El murió solo con su sueño y su estrellas y lo que hizo por los demás. Te mando un beso.

Sandra Figueroa dijo...

Que triste, se llevo sus estrellas y dejo un recuerdo. Saludos amigo Carlos.

Tesa Medina dijo...

Quien sabe que añoranzas le permitían seguir viviendo, o de que tormentos se alejaba envuelto en su gloria de antaño, con el porte marcial de su chaqueta militar, arrullado por el tintineo de las medallas.

Parece que murió solo, como había vivido, mirando a las estrellas de verdad, ya no necesitaba las suyas de hojalata.

Un poema muy bello y triste. La foto me encanta, Carlos y marida con tus versos.

Abrazos, poeta

Dionisio Álvarez T. (DAT) dijo...


Hola Carlos, así de simple es el adiós de los humildes que nada tienen y nada guardan, aunque en la apariencia, por el oro refulgente a los que se ensañan con lo ajeno vilmente aparecen y ni siquiera dejan en paz a los muertos…
Un abrazo

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Triste adiós, gratos recuerdos, así se van los que para muchos son invisibles.

Un abrazo.

Albada Dos dijo...

Jolines, igual cayó en alguna guerra de esas que, por capricho, nos destrozan el alma.

Buen texto. Un abrazo

Laura. M dijo...

Buen homenaje a estos solitarios héroes que se van tan en silencio.
Buena semana Carlos.
Un abrazo.

carlos perrotti dijo...

Por alguna razón (Blogger) mi comentario no llegó...

Bello poema para un anónimo pintoresco personaje de esos que siempre habitarán nuestro recuerdo...

Abrazo hasta allá.

stella dijo...

Triste...
Anónimo y sin estrellas...al menos quedó en el recuerdo
En estos tiempos que vivimos quedaran tantos así en ños lugares donde hablan los misiles
Un abrazo Carkis

Carmen Troncoso Baeza dijo...

Me recordo la guerra querido amigo y me entristecio, un abrazo grande!

cuantocuento,castelo dijo...

Bonita imagen, bello recuerdo. Siempre morimos sin estrellas, nos vamos de vacío.

Manuel dijo...

Como has leído seguramente en mi última entrada sobre los eremitas, cuando los enterraban lo hacían sin nombre y sin fecha, porque pensaban que la eternidad no necesita de indicaciones. Pero al él, a este pobre hombre, si que le tuvo que doler el que lo despojaran de sus medallas de hojalata, ya que fueron parte de él durante toda su vida.
Muy bonita entrada, incluida tu fotografía.
Un fuerte abrazo, Carlos.

São dijo...

Parece que o meu comentário não entrou .

A morte é sempre um caminho que se atravessa em solidão.

Gostei do texto e da foto.

Abrazo

Myriam dijo...

Pobre hombre, descanse en paz.
Igual, las estrellas de hojalata no le sirven en la otra vida.

Abrazos

Flor dijo...

Hola Carlos , vaya que descanse en paz el pobre hombre.
Esperemos que allá donde este ya no sufra , te deseo una feliz tarde amigo
besos de flor.
Pd , Tú comentario si que me llego y lo he publicado.

Alexander Strauffon dijo...

Eso es muy triste.

Rajani Rehana dijo...

Please read my post

Kasioles dijo...

Puede que se sintiera solo, la vida o la guerra le llevaron a esa triste situación final, por muchas medallas con que le premiaran, no serían suficientes para paliar su soledad.
Estoy convencida de que ese patio, le traía recuerdos de lo que fue su hogar.
Y recordando tu comentario... ya veo que coincidimos en nuestro amor por las epístolas ¡La cantidad de cartas que he escrito en mi vida!
Reconozco pertenecer a otra generación, pero el encanto que supone abrir y leer una carta, no se suple con las nuevas tecnologías que nos proporcionan tanto el móvil como el ordenador.Aún se me acelera el corazón al recordar la ansiedad con que esperaba al cartero para leer las cartas del amor que marcó mi vida.
Cariños.
Kasioles

Tinta en las olas dijo...

Las estrellas de hojalata ya no las necesitaba, si necesita ese recuerdo de haber sido un héroe. Un abrazo.

Conchi dijo...

Un poema muy triste, arrastro sus recuerdos en solitario hasta el último momento.

Abrazos.

Margarida Pires dijo...

Um poema que nos faz refletir!
um sorridente abracinho!
Gratidão!
Megy Maia 🌸💋🌸

Teo Revilla Bravo dijo...


Un poema para pensar, amigo. La muerte, siempre presente, nos acompaña, aparece en la letra de una canción. Y así es inevitablemente. En este caso, la soledad tuvo mucho que ver...
Exquisito poema, amigo.
Un abrazo.
Teo

Luiz Gomes dijo...

Bom final de semana meu querido amigo.

Frodo dijo...

Buen recuerdo para una situación cotidiana, para alguien que quizás se hubiera PErdido en el tiempo sin nadie que lo recordara.
¿En quién o qué pensaría él también?

Abrazos desde el Río de la Plata, querido Carlos

Recomenzar dijo...

Me encantó no esperaba ese final

Majo Dutra dijo...

Hay guerras que enajenan para siempre... Disfruté leyéndote...
Vengo darte gracias por tu presencia en mi 'blog'...
Volveré lo mas breve posible. Abrazo amigo.
~~~~

Ricardo Tribin dijo...

Triste historia, muy querido amigo, aunque ha pasado muchas veces.

Abrazo grande!!

Amapola Azzul dijo...

Triste.

Un abrazo.

Marina Filgueira dijo...

¡Holas, Carlos!

Es poema hermoso, pero triste a la vez, y reflexiono... y creo que la soledad es lo más triste para cualquier ser humano, no importan tanto los galones. Me quedo pensando, amigo.

Un placer leerte, Maestro, te dejo mi abrazo mi gratitud y mi gran estima.
Se feliz cada día que amanece.



Rud dijo...

¡Oh! Estimado Carlos, sólo es de leer las noticias para saber por qué lo hallaron frío y sin sus estrellas de hojalata. ¡Qué tiempos tan oscuros; pensar que para muchos, son personas “invisibles”!
Un afectuoso abrazo

retazosmios dijo...

Buenas tardes amigo, Carlos, después de un pequeño parón, retomando poco a poco las visitas a los buenos amigos.
Siempre un placer pasar por tu espacio.
Un abrazo y feliz mes de mayo.

Beatriz dijo...

Qué buen texto, Carlos. Un placer regresar por esta tu casa literaria.

Abrazo.

Joaquín Galán dijo...

"Lo bueno,si breve,dos veces bueno" decía Baltasar Gracián. La frase me vino a la memoria al leer tu bello texto.

Abrazo, Carlos.

Galilea dijo...

Triste final el de ese hombre al que le arrebataron todo.

Muy bueno 👏🏼

Verónica Calvo dijo...

Desde su silencio te inspiró un hermosísimo poema.
Hay personas de las que nada sabemos, pero que nos hacen imaginar y acaban siendo, de alguna manera, parte nuestra.

Abrazo, Carlos.