EL BOXEADOR DE LOS GUANTES ROJOS
Aquella noche cuando subiste al ring, no escuchaste la algarabía de la gente en ring side como otras veces. Sentías que algo andaba mal. Hiciste unos amagues, con los guantes rojos, con los que siempre peleabas, y diste unos saltitos alternos para calentar el cuerpo; te quitaste la bata negra con bordes dorados, y fue cuando reparaste en la mujer de ojos azules, que en la mesa de los comentaristas de radio y televisión, también te miraba, a pesar del disimulo de estar tomando notas en una pequeña libreta.El anunciador, presentó a cada una de las esquinas, y sonó la campana para el primer round, y supiste que el rival era un fajador duro, porque intentaste sacarle el aire cuando se abalanzó como una fiera, tirándote directos a la cara, y cerrándote el paso, para quedar casi cuerpo a cuerpo. ¡Vaya¡ si resistía tus ganchos al hígado, enconchándose como un caracol en su cascarón, bajo tus brazos, cada vez que errabas directos a la cabeza; pero ya lo tenías con tus jabs a la cara, que le hacían daño, y cuando fuiste a sacar el uppercut para rematarlo junto a las cuerdas de su propia esquina, viste a la mujer de los ojos azules relampaguear su Olimpus, debajo del ring, y en un par de segundos sentiste ese golpe seco en la oreja izquierda, que te tendió en la lona, y te dejó sordo para el resto de la vida
22 comentarios:
Não suporto os jogos de boxe. É um semear de violência de um homem para outro homem.
Aqui um vencedor acabou vencido porque se encantou por um lindos olhos de mulher.
Cometió un error grave y lo pagó.
Un abrazo.
Impresionate relato.
No deja indiferente, besos.
Un saludo.
¡Ohhh! ¡Eso dolió! KO
Besos Carlos
Detesto el boxeo. No lo entiendo.
Tu descripciòn épica de la lucha cuerpo a cuerpo me parece magistral con ese final inesperado y desarmante de bestia seducida por una simple mirada femenina. Genial.
Un abrazo
Hola Carlos, cuando uno se está jugando la vida y el honor no puede pensar ni mirar a las mujeres de ojos azules que le deslumbran porque puede ser nefasto como así sucedió con este boxeador. No me gustan los golpes aunque respeto este deporte. Hay momentos en la vida que hay que estar muy atentos y no dejarse embaucar por nada ni por nadie. Bajar la atención puede constar muy caro en la vida.
Muy bueno como describes lo que puede suceder cometiendo errores cuando se debería de estar más atento.
Si es que las mujeres somos la perdición de algunos hombres :-)
Saludos y un abrazo
esa mujer estaba coludida con el contrincante, fue el señuelo, seguro
muy buen texto Carlos
me hiciste entrar a él de una
abrazos y feliz semana
Quizás buscaba el cielo o las estrellas. No valió la pena la sordera, pero sí el instante.
Abrazos.
Carlos.... lo que puede la belleza de una mujer...!!!
En verdad a quedado sordo el boxeador ?? o será tal vez si era casado para no oír los gritos de su mujer jajja
¡¡ me encantó !!
Un beso desde Argentina
Una fugaz distracción que le ha salido muy cara, tal vez la mujer de ojos azules lo recuerde algún día.
Abrazos.
¡Muy bueno!
Una mirada de mujer y su vida cambio para siempre.
Me gustó a pesar que no me gusta el boxeo.
mariarosa
Es que hay miradas asesinas y otras son tan dulces que nos desarman, que es lo que le pasó a tu boxeador.
Buen corto.
Saludos.
Distracción fatal la del púgil que llevando las de ganar... pierde por una mirada. La que como decía el poeta romántico Gustavo Adolfo Bécquer:
Por una mirada, un mundo; por una sonrisa, un cielo; por un beso... ¡Yo no sé qué te diera por un beso!
Beso querido Carlos.
JAJAJAJA, ESOS CAMBIO DE LUCES QUE ELLAS HACEN... MATAN. JEJEJE. MUY BUEN TEXTO HERMANO.
UN ABRAZO
Excelente texto Carlos.
Buen fin de semana.
Besos
Interesante, se ve que entiendes de boxeo.
La vida es un combate, los descuidos te hacen caer. Pero el amor, la atracción es el mejor despiste para caer :)
Beso.
¡Pues vaya lo que hace una mirada!!!
Se dice que el pez que se duerme,
se lo lleva la fuerte corriente.
¡Me duele que se haya quedado sordo!
Un abrazo Carlos. Y hasta siempre.
muchas gracias Carlos por todas tus huellas
ten un fin de semana precioso , abrazos energéticos
Hay que feo estuvo el final. Saludos.
Bajar la guardia en el momento menos indicado, cuesta-
muy bueno.
Un abrazo fuerte
me encantan tus escritos poeta
me deleito leyendote
me equivoque de email
mas besos
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