Memoria de los hombres
danzando alrededor del fuego,
la luna plena en el cénit,
la brisa trayendo olores de la noche,
el mar embravecido rompiendo las costas.
Un pecho se agita y se contrae,
en el cuerpo de mujer,
adormecida en el sopor de las hierbas,
el puñal de sílex blanqueado,
se alza como un ave en la penumbra,
y la luna lo destella,
antes que hienda la carne
de la somnolienta doncella.
8 comentarios:
Me trae a la memoria las primeras pelìculas mejicanas que vi sobre la cultura azteca...en el ya desaparecido teatro Garnica..recuerdo una que se llamaba La virgen azul...Un abrazo
¿Por qué se realizarían esos sacrificios?
cuantas historias que desconocemos, por lo menos yo. Secretos que han quedado en la historia y que tu los traes en poesía. Gracias.
mariarosa
Los dioses siempre han sido crueles con los hombres. La sangre de los rituales ha sido históricamente la savia de sus rituales.
En tu poema he percibido el olor a humo de la hoguera, he oído las olas embravecidas, he visto el pecho agitado de una mujer esperando la posesión de un puñal de sílex carnívoro de vida, mientras la luna es cómplice milenaria de esos ríos de sangre.
Tu poema es espléndido. Has conseguido detener en el tiempo un segundo de vida con bella plasticidad.
Gracias por pasar por mi blog. Yo me hago un hueco en este rincón donde veo tantas cosas interesantes.
Un saludo.
Me recuerdas la leyenda del Popocatépetl y el Iztaccihuatl en mi país.
Besos.
El hombre siempre necesitó creer en algo para poder vivir, gran paradoja que para vivir hubiera que ofrendar muerte.
Sobrecogedor poema, Carlos, me gusta.
Un beso grande.
Sacrificios humanos, creo q todas las culturas han llegado a tenerlos.
Saludos.
Bonito poema que compartes hoy, y que nos hace reflexionar sobre el sacrificio y las distintas culturas humanas.
Saludos.
Que encanto, me has robado los sentimientos, esos que me cubren la piel, me trasladaste a ese ritual lleno de sonidos y sensaciones.
Genial y exquisito.
Besos
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