Sólo sé que el mar no es agua y salitre,
ni la luna fuego
que entibie la noche de los enamorados.
Menos que el sol ponga fuego en sus corazones.
Nada es nada,
mientras la imaginación sueña
el juego de construir fantasmas
en un viejo tablero de ajedrez.
3 comentarios:
me recordó, el título, un verso del negro Verástegui, alias el nuevo testamento de la poesia peruana (Vallejo es el antiguo testamento, por supuesto)
porque todo y nada puede explicarse en el amor y
porque todo y nada se explica en nosotros y con nosotros.
(de Datzibao)
saludos fraternos
Gracias por su comentario Troba. Vallejo me gusta por TRilce y Los Heraldos Negros. Creo que es mejor que Gabriela Mistral. Está a años luz de ella.
Un abrazo.
Que bonito, cuanto sentimiento en estas letras :) me encantó
Besos salados desde Mallorca :)
Publicar un comentario