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domingo, 23 de noviembre de 2008

Tus bahías


El oleaje de mis aguas

inunda tus bahías,

y en el pedernal

de tu caverna,

se funden en el fuego

de primigenios ardores

martes, 18 de noviembre de 2008

UNA FLOR EN LA TUMBA DEL PENSADOR Y POETA, EL PADRE ANTONIO GARCÍA LEMUS



Voy a comentar del hombre, antes que del religioso. Del maestro de Español y Filosofía que un día se apareció por el Colegio Balbino García, sin avisar, sin ruido, apenas insinuando en el distintivo de su cuello que era cura, pero que como docente hablaría desde su continente humano. Corrían los últimos años de la década de sesenta, del mayo 68 francés que puso a los estudiantes a abarrotar con su protesta las calles de París y su prohibido prohibir,de la guerra del Vietnam que sacrificaba aldeas enteras en el Vietcong y jóvenes americanos que regresaban en ataúdes a Norteamérica, del auge del Nadaísmo en Colombia con un Gonzalo Arango y su literatura inococlasta y defenestradora de actitudes burguesas,de las comunas y el hipismo, retornando al viejo ideal del buen salvaje rousseaniano,de los Beatles y su Submarillo Amarillo, semiotizando una rebeldía contra las instituciones caducas del establecimiento, cuando el profesor, antes que religioso, se paró frente al tablero, y se dejó venir con un discurso fresco y emotivo, no ajado, sobre gramática y composición literaria, supe ( ya hacía mis primeros pinitos literarios en periódicos de ocasión), que al frente de la clase tenía a un poeta. La poesía se le salía de la boca. Quizá por eso, la empatía. Hablábamos desde un idioma común : el del imaginario creativo.




Después, fue cogiendo vuelo en la docencia, y del juego de la sintaxis y la construcción de la palabra, pasó al del pergeño del saber. Él que había estudiado Filosofía y Teología, fundamentales para ordenarse como sacerdote, tomó la cátedra del pensamiento, y nos abrió las entendederas a punta de elucubraciones, razonamientos, y silogismos para que observáramos el mundo desde la perspectiva de la verdad y la realidad, y claro de la justicia, y se nos despertó tanto el seso que le pasó lo del aquel que mató el tigre y se asustó con el cuero, porque de los filósofos idealistas, empezamos a escudriñar en los materialistas y existencialistas, desbordando la patrística y los pensadores cristianos. Pero en el fondo era maestro y nos dejó que abreváramos en otras fuentes, pues no quería que nos pusiéramos el cíngulo de algún ismo filósofico. Creo que no le gustaban las marcas, ni los partidismos. Mejor que el hombre volara, y fuera una entidad con sus propias ideas, ese pensar desde el yo, que tanto reclamaba para un buen filósofo.




Más tarde, creamos con Fernando Moreno Rojas, en sus tiempos de estudiante de Derecho -aún sin prever que llegaría a ser alcalde de Piedecuesta- la revistilla El Candil. Allí le abrimos una página al que ya era un Maestro para nosotros, por su dual condición de poeta y pensador, el padre Antonio García Lemus, ese hombre alto, tan alto, que como Cortázar, parecía crecer todos los días. Esa página fue un espacio abierto para hablar de la vida. Acaso no es ella la que motiva sueños, utopías, y la razón de ser? De ahí que en Honor y compromiso, escribió alguna vez, en esa manera tan trasparente de enfocar su visión del hombre, de antropologizarlo en un lenguaje donde no faltaba la razón, pero también la pasión poética que "cultivar las espigas y los racimos, elaborar el maíz en blanca arepa, y la almendra del cacao en espumosa bebida, eso es ser hombre, pero sin postergar el cultivo indispensable de nuestra propia capacidad de audición; existimos para escuchar la palabra, que ilumina y estructura, que nos eleva y capacita. Caminar, sudar y fatigarse, sentir hambre y sed, eso es ser hombre, pero ejercitando los poderes que tenemos de asimilar, de entender y de crear; no sólo en el útero se conciben hijos, también en la mente se conciben pensamientos, proyectos y programas. Cultivar con las manos los terrones que se palpan, éso es ser hombre, pero sabiendo elevar y extender las manos en actitud de diálogo con una energía superior, que le da sentido a todas nuestras luchas." *




En otro de sus textos: Ocho meses río abajo*, una especie de ensayo sobre El General en su laberinto, la novela del Nobel Gabriel garcía Márquez sobre los últimos días del Libertador Simón Bolívar, escribe para El Candil, el padre García Lemus: "Me pregunto: Por qué García Márquez no ha escrito la vida toda de Bolívar, sino sólamente sus últimos casi ocho meses de vida? Porque este último lapso de vida corresponde a aquella geografía que el autor cobnoce muy bien y ama entrañablemente, o sea el Río magdalena y la Costa caribe. El novelista comienza por Bogotá y guaduas, puntos de partioda, para describir ya desde Honda, en tierra caliente, y continuando por Mompox, Turbaco, Cartagena, Soledad, Barranca de San Nocolás, hopy Barraquilla, la Ciénaga y santa Marta. No podríamos leer descripciones de los Llanos, ni de la Región andina, ni de la Costa Pacífica, pero describe con maestría lo que conoce y ama: paisajes, personajes, comidas, folclore, costumbres, vivencias de esa Costa Atlántica de Francisco el Hombre, de Rafael escalona, de esa tierra de mameyes y tamarindos, de la nostálgica cumbia y del pintoresco vallenato. Todo esto resonó en Estocolmo ante los Reyes, el Rey y la reina de Suecia absortos ante la vibrante dimensión fantástica de esta región meridional de América. Esta geografía física y social, espiritual, rica, integral de la Costa norte de Colombia es la misma en todos los logros literarios de este escritor costeño, caribeño, bolivariano, capaz en El Coronel no tiene quien le escriba, en Los Funerales de la mama grande, en la desalmada abuela de la Cándida Eréndira, en El ahogado más hermoso del mundo, en La hojarasca, en El amor en los tiempos del cólera, en El otoño del patriarca, en La crónica de una muerte anunciada, en Cien Años de Soledad, y en El general en su laberinto. Sólo este autor, y no otro, podía decirnos con su prestigio y con su magia, con sinceridad y amor, todo lo que le ocurrió al general, desde la bañera en que aparece sumergido en las primeras líneas de la novela, hasta la hamaca en San Pedro Alejandrino cuandio esa existencia mártir se extingue al siguiente ( y último día) de haber recibido El Santo viático que le llevó un cura desde el cercano pueblito de Mamatoco."




Y finalmente el poeta, esa vena recia que pone a prueba en los versos de un diestro manejo de la rima clásica, sobre El Quijote de Cervantes, en esa afán de hacer literatura dentro de la literatura, al relievar en el Caballero de la triste figura, el ícono del idealismo, y en Sancho la figura del realismo . Aquí los versos del Maestro García Lemus que se fue a compartir el sueño con las estrellas, allí donde la paz es sideral y completa. Una flor en su tumba.




Todavía está vivo entre nosotros


y estará mientras perdure el mundo


Don Miguel de cervantes Saavedra


con el libro de su famoso hidalgo:


El Don Alonso Quijano, el bueno,


llamado El caballero de la triste figura,


jinete en su caballo Rocinante,


ambos envueltos en la fantasía,


caballo y caballero,


binomio inspetable de hidalguía...


y Sancho panza en su panzudo Rucio,


tal para cual, jumento y escudero


como más nadie imaginarlos pudo.


Son frutos de tu claro penamiento,


son tus dos hijos, como tú, inmortales,


y como el hombre, son universales.


Ahí está el hombre: iluso e idealista,


noble y gentil, en busca de quimeras,


enamorado siempre de utopías,


en justas y torneos imposibles,


buscando pide lo armen caballero


para correr en pos de futuribles;


perto en ese quijote que es el hombre;


hay un Sancho realista que lo frena


que al pan le dice pan, y al vino, vino


Que ve que no hay endriagos, ni Merlines,


que no idealiza las mozas de las ventas,


que pisa tierra firme, y habla en prosa,


con gracejos y dichas de la gleba,


que es sabiduría a ras de vida.


Es el hombre cabal, hombre compleyo


con mucho de Quijote,


y con mucho de sancho.


Los solos ideales nos alienan


las solas realidades desorientan,


no somos sólo ángeles


ni solo animales


somos llama de luz


en vasijas de barro


somos nobles hidalgos


con hambre,sed y sueño


sentimos el impulso de traspasar


el tiempo


pero somos mortales,


nos sentimos tocados de locura


pero es preciso conservarnos cuerdos,


como Quijote y sancho, quién lo dijo?


Don Miguel cervantes en su libro.*

*GARCÍA LEMUS, Antonio. Honor y compromiso. En: El Candil. Piedecuesta (No. 14/1989)

*GARCÍA LEMUS, Antonio. Ocho meses río abajo. En: EL Candil. Piedecuesta (No. 15/1989)

*GARCíA LEMUS, Antonio. Cervantes filósofo y antropólogo. En: EL Candil. Piedecuesta (No.16/1990)



sábado, 15 de noviembre de 2008

Trozos poéticos de Débora Eguren en La Joroba

Las letras pueden aperturar la amistad. Más cuando éstas caminan por los niveles de una escritura que aborda el ensayo juicioso y la poesía. Así he conocido a Déborah Eguren, sita abajo de suramérica, en el austral Uruguay.
Leyendo a Loca por la luna, el poemario de mi amiga, Lucía Borsani (un encanto de mujer), me encontré conque el prólogo era de Déborah, escrito a profundidad, desentrañando sus versos, con la habilidad de un viviseccionista literario, capaz de articular los redaños del texto en cuestión, en la unidad orgánica de las fases de la luna: la luna rige nuestra conducta y estados de ánimo, por eso es que hay días (con Barba Jacob) que somos tan plácidos, tan plácidos...y hay días que somos tan sórdidos, tan sórdidos*. A la luna, se colige del ensayo introductor de Débora, se debe que el ser humano no se comporte de una misma manera en el lapso de los trescientos sesenta y cinco días que dura la tierra en revolotear alrededor del sol.

No extraña, entonces que, si Déborah aborda la poesía desde la glosa crítica -de manera tan afortunada- también la escriba. Quién mejor para hablar de la poesía, que quien la escribe. Y, es esa la virtud dual de Débora: hacer juicio de los versos y pergeñarlos, en talleres, tertulias, peñas, y espacios propicios para consagrar en el altar de la literatura el oficio de hacer versos. Deborah, junto a Lucía Borsani, llevan la poesía en la entraña, por eso la viven y se desviven por ella.

En mi Joroba del camello, Déborah, ha dejado caer una muestra de su quehacer poético, eso que ella llama Serie de poemas Independientes, a los cuales conjunta una especie de anáfora: en el espacio de...para hablar del ser humano y el afán por la palabra en la poesía:


En el espacio de la poesía

la tensión del silencio y la palabra

babel insaciable

verbo humano.


Para desvelar el miedo como una incertidumbre, gusanillo que se agita adentro, mordiendo sin piedad las entrañas:



En el espacio del miedo

abismo

presencia de lo que no se sabe

cornisa y túnel.


Para festinar la ternura, e intentar en su abstracción una peculiaridad:



En el espacio de la ternura

el almíbar se redondea

la piel de las manos es rosada

y un trompo gira.


Versos cortos, sentenciosos, éstos de Débora, que nos abren a tantos espacios donde el ser humano fecunda los huevos de sus sueños en el amor donde todo es mucho, en la misma locura, donde los cuchillos se vuelven del lado de adentro/ y no se sobrevive; en el beso que es musgo tenue de coral/ un aleluya; en el sexo que es aria en la piel..gozo salino.
Los versos de Déborah, en estos Espacios, un buceo por el interior del ser humano. Ahí dentro se agitan sus odios, sus ansiedades, sus nostalgias. Un retrato interior de lo que somos: mejor radiografía no pudo haber hecho Déborah del material que empiedra nuestras interioridades, donde se mueven nuestras pasiones, sentimientos y sueños.



Fotografía:Último recital de Déborah Eguren
*Tomado del poema: Canción de la vida profunda














martes, 11 de noviembre de 2008

Beso


Cuánto daría por un beso

tuyo,

así se me fuera la vida.

jueves, 6 de noviembre de 2008

!QUÉ VIVA EL PRIMER CARNAVAL BABINISTA¡











































































































































































Viernes 31 de octubre de este 2008 que ya huele a cadaverina. La tarde estaba soleada a pesar de las lluvias intermitentes que venían cayendo sin avisar. Algo va a pasar, dijo el que vende el periódico Quiubo, porque la tarde está silenciosa. Pensé que le habían puesto cerrojos, porque a pesar de ser día de brujitas, los niños no se aventuraban con sus disfraces vistosos y de aparato a tomarse las calles con su estropicio de gritos, y el cantico de quiero dulces para mí.



Era una tarde extraña, y me acordé de la película Presagio con guión de Gabriel García Márquez. Tendrá razón el loquito del periódico, y algo cuya frontera no se puede definir entre lo bueno y lo catastrófico, se va a cernir sobre Piedecuesta? cavilé. El sol se había apoderado de la tarde, pero no era festivo. Parecía un sol meditabundo, mientras discurrían las horas, con un hálito de agonía de lo placentero. Volvió a pasar el vendedor de Quiubo. Esta tarde que me la envuelvan, tiene un sol sin gracia, y eso que hoy es día de las brujitas, y se perdió calle abajo riéndose como un niño de su propio apunte.





Y la tarde cambió. En eso de las cuatro Piedecuesta se llenó de colores, de notas al vuelo, una mancha de felicidad y alegría con toda una suerte de saltibanquis que recuerdan el Macondo originario de Cien Años de Soledad , muertos vivientes, accidentados, vampiros, bailarinas de Honolulu, gitanas y gitanos, chicas playboy, la muerte tipo danza del garabato, diablitos y diablitas (eternamente encantadoras), sicarios y bandas al servicio de narcos, gocetas en plan de playa, modelos en plan de pasarela, en fin toda una gama de esa fauna humana que en la teoría de Bajtin* sobre el carnaval, es objeto de burla, abarrotaron las calles con una consigna: gozarse el momento.! Qué bueno¡ reirnos del país, de nosotros mismos y los sueños hiperbólicos, en que nos hundimos los colombianos, para ponerle un burladero a la realidad dura.




Rompiendo con la solemnidad de las clases, transfugándose del aula, los alumnos del colegio Balbino García, se tomaron las calles de Piedecuesta, y se enfundaron en disfraces de su apetencia, para en l teoría de la inversión bajtiniana, ser por unos momentos el otro, ya para asumir su identidad o ponerlo en el blanco de su juicio sardónico, pero en el fondo disfrutar de unos minutos de goce...cuánto hace falta el esparcimiento sano como este Primer Carnaval Balbinista que concitó el interés de toda la comunidad balbinista, y por unas horas le trajo goce a los garroteros, que con el desfile inusitado de los disfrazados creyó asistir a los viejos tiempos de los circos que lanzaban a las calles a los artistas para promocionar el espectáculo, cada vez que visitaban el pueblo.



A no dudarlo el colegio Balbino García ha puesto un hito con este primer carnaval. Qué grato fuera que la idea cundiera y el año entrante, la alegría del carnaval se tornara general,y todos los colegios se volcaran a las calles, para contagiar de la felicidad de los jóvenes revestidos en sus disfraces de aparato, a toda la comunidad piedecuestana.






El carnaval es desfogue, catarsis y lúdica. Y si se mira más allá, es teatro coral. Cada disfrazado es una personaje con una historia y un drama. Por eso el teatro popular hunde sus raíces en los carnavales, donde surge una dramática espontánea y el actor es más libre de crear a su antojo. Más imaginativo, y derivado a un goce que resulta de su propia capacidad para construir la personalidad de su personaje.










No hay duda, de que éste 31 de octubre Piedecuesta no fue la misma. Se llenó de fantasía y festividad, en ese sueño que es el carnaval, y que en el fondo busca en la crítica de sus máscaras y antifaces, en los rostros enharinados, en los trajes que escapan a la cotidianidad del vestir, en los gestos relievados por la pintura, en las figuras grotescas y esperpénticas, expresar que la realidad del país es una tragedia, y que es hora de dar paso a un mundo donde quepa la felicidad para todos.




En el carnaval balbinista, tantos jóvenes estudiantes arracimándose en las calles, desde su inconsciente, sólo buscaban eso: poner sobre la tragedia del país, las patas de la felicidad, enseña de construir un mundo mejor para una Colombia cernida de horas tenebrosas. Es la lección que deja éste Primer Carnaval Balbinista: tenemos derecho a ser felices, grita toda una juventud, sobre la cual por estás épocas, han caído las sombras de la muerte. La justa glosa del carnaval recae sobre quienes no dejan crecer la semilla de la vida desde todo ángulo, y la vida es júbilo, sueños, imaginario derrochando ingenio, atención de los derechos básicos, y oportunidad para ser.! Qué viva el carnaval¡, y para los docentes de quienes brotó la idea, un abrazo entrañable, desde este espacio libre y abierto de La Joroba del Camello.
















*BAJTIN, Mijail. Citado por Conrado Luis en: Ensayo sobre la narrativa latinoamericana y la inversión en el carnaval. Bogotá: La Mosca, 2001.













































Fotografías:


Cortesía del Profesor, Javier Hernández Cáceres























lunes, 3 de noviembre de 2008


No importa la distancia,

ni que el mar nos separe,

si siempre vienes a mí,

en el periplo de una estrella,

en la nube de la tarde,

o en la brisa que se pega

a mi cara,

como un beso tuyo.