Creo que era una canción
nostálgica como las de Violeta Parra,
detrás de un bandoneón tristón,
la que sonaba en el café,
cuando hubo un revuelo de faldas
y te sentaste en la barra,
a tomarte un "guaro",
(le decías al aguardiente fuerte),
y me miraste tras tus lentes de intelectual,
mientras leías La Peste de Camus;
y me brindaste un aguardiente,
y terminamos besándonos,
mientras te hablaba de Las flores del mal,
de Baudelaire.
Hoy no está el café,
pero si la casa,y escucho ese
bandoneón tristón
entre notas de nostalgia
