Venías con el alma herida. Eso de ir por el mundo, sin asir un amor, te había dejado como el sarmiento de una hoja seca. No sabías si habías perdido la fe en el amor, o aún tenías fuerzas para volver a amar. Volteabas la mirada al pasado distante y próximo y sólo percibías el cadáver de tus amores, regado en el recuerdo. Ahora que volvías, buscaste refugio en el pueblo aquel de la infancia. Aún te quedaba un refugio: la vieja casa. Subiste de memoria los peldaños de madera que llevaban al desván, y sobre la tapa del viejo baúl que guardaba tus juquetes, viste la muñeca de trapo, con la que jugabas de niña a ser mamá, deshilachada por el tiempo y el abandono, y una lágrima brotó de tus ojos, porque te sentiste como la muñeca, rota por dentro.
viernes, 27 de diciembre de 2013
lunes, 16 de diciembre de 2013
INGRÁVIDOS
INGRÁVIDOS
Aletea la brisa
en el abrazo
de nuestros cuerpos,
en esa hora
en que el sol cierra sus párpados
tras una nube fugitiva,
y soñamos a juntar el alma
en cada beso dulce.
Hay una eternidad,
que sólo la rompe
el vuelo de los pájaros
buscando sus granos de centeno
en el piso de la vieja calle
donde somos etéreos.
Aletea la brisa
en el abrazo
de nuestros cuerpos,
en esa hora
en que el sol cierra sus párpados
tras una nube fugitiva,
y soñamos a juntar el alma
en cada beso dulce.
Hay una eternidad,
que sólo la rompe
el vuelo de los pájaros
buscando sus granos de centeno
en el piso de la vieja calle
donde somos etéreos.

martes, 10 de diciembre de 2013
lunes, 2 de diciembre de 2013
DERIVA

No hay luna que te recuerde
ni brisa que memore tu palabra.
¿Acaso el amargo escoriar
de un barco a la deriva?
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