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viernes, 15 de septiembre de 2017

La ciudad abrasada

Me asomo a la ciudad, 
en el sol fuerte del mediodía, 
y se derrite en un vaho que ahoga el pecho, 
y niega la sonrisa. 
Cómo tener algo de gracia 
en esta hora donde hierve 
hasta el alma. 
Yo casi,
ni me reconozco, 
tampoco a los otros, 
menos a mi ellos 
Somos sombras sin cuerpo, 
caminando sonámbulos 
por las calles y avenidas de una ciudad, 
a la cual el sol ha puesto en llamas, 
en esa hora 
en que nos sentamos a almorzar, 
y a conversar la vida



Foto propia: Cañaveral, Floridablanca, Santander (Colombia)