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martes, 23 de diciembre de 2014

Máculas de amor

MÁCULAS DE AMOR (cuento)
Ahora la volvía a ver, después de que se le extraviara en ese laberinto de Minotauro, en que a veces se nos convierte la vida. Olía al peculiar perfume de azahar, que siempre emanaba de su pelo, como ramas de naranjo que le colgaran de las güedejas de su cabello. Leía uno de los cuartetos de Alejandría de Durrell (Clea), cuando sintió su presencia de azahar, y el libro se le cayó de las manos. Entonces no le quedaron dudas de que ahora las páginas  de Durrell, como la última vez las de Los Autonautas de la Cosmopista de Dumlop y Cortázar, serían maculadas por los ardidos fluidos de amor de 
tanta espera.

Foto de Carlos Augusto Pereyra.

Foto de Carlos Augusto Pereyra.