CAMINANTE
Cuántas veces nos asomamos a la ventana de la vida,
sin miedo a la hostilidad de las horas,
para construir los sueños,
como quien pega ladrillo a ladrillo las paredes de la casa.
Cuántas veces nos levantamos del suelo con la boca
hecha polvo,
aún con el dolor ardiendo
y lo esparcimos por los cuatro puntos cardinales,
para ganarle a la derrota.
Ahí vamos con Machado,
abriendo caminos,
con los ojos sembrados de amaneceres,
el aliento de un beso de mujer
en cada estancia,
un poema desgranando en las cuerdas
de una vieja guitarra,
historias de amor,
y el dolor de los humildes
Cuántas veces nos asomamos a la ventana de la vida,
sin miedo a la hostilidad de las horas,
para construir los sueños,
como quien pega ladrillo a ladrillo las paredes de la casa.
Cuántas veces nos levantamos del suelo con la boca
hecha polvo,
aún con el dolor ardiendo
y lo esparcimos por los cuatro puntos cardinales,
para ganarle a la derrota.
Ahí vamos con Machado,
abriendo caminos,
con los ojos sembrados de amaneceres,
el aliento de un beso de mujer
en cada estancia,
un poema desgranando en las cuerdas
de una vieja guitarra,
historias de amor,
y el dolor de los humildes