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viernes, 31 de mayo de 2013

La rebelión de los personajes de novela

LA REBELIÓN DE LOS PERSONAJES DE NOVELA

Siempre había pensado que uno tenía en la novela y el cuento el gobierno de los personajes...bueno la experiencia de fabular el temperamento de un mundo de personajes en el diario escribir, como un titiritero que en los hilos de su cruceta maneja el destino de las marionetas en escena, validaban el supuesto, pero he aquí que en la novela que escribo últimamente, una novela negra, los personajes han empezado a rebelarse del papel que les he asignado. 

Esta mañana para sorpresa, ha amanecido en mi cama, Violeta, la roquera que canta con la Banda de Los Victriólicos. Es una muchacha de buen aspecto, a pesar de su pelo largo, teñido -tinturado dice ella- con los colores de la bandera nacional. Me ha dicho, con un desparpajo sui generis," Guillermo (así me llamo yo), hemos hecho el amor de amanecida, tan dinay dinay, que volveré a meterme en tu cama". Me refregué los ojos, una y mil veces, tratando de salir de la pesadilla, pero no era una pesadilla. Ahí estaba ella, desnuda como una nuez, con la bandera nacional en su hebras de pelo, cayéndole patrióticamente por las espaldas, mientras trataba de ponerse una piyama de cebras. 

En el hilo conductor de mi novela, Violeta, tiene que matar a su amante, un afamado lavador de dólares mal habidos, con el negocio fachada de los chupos y mamaderas para niños de la primera infancia. Ella es una agente de la CIA, camuflada de cantante de rock, infiltrada en los negocios de "Careverga" -así lo llaman en el bajo mundo- su novio el del lavadero de plata; pero ahora, para mi propio asombro yo tengo en la mano el revólver conque Violeta debe reventar a plomazos a su amante, y su tesis es muy convincente: "Guille, Careverga, es el hombre más celoso del mundo, más que el Otelo de Shakespeare, y ya sabe que nosotros estuvimos encamados. Así es que si no lo matas, el te mata a ti", y con la misma avilantez conque entró en mi cama, salió de la casa, dejándome con el revólver tembloroso en la mano.